Hay que felicitar a la gente porque aguanta lo que le echen con resignación y paciencia. La convocatoria a través de las redes sociales para la vacunación –esa que iba a consistir inicialmente en que nos fueran llamando por un orden de prioridades y edades– ha sido todo un éxito. Dicen que se han apuntado más de 350 mil personas. Ahora bien, lo de qué vacuna nos van a poner empieza a ser un misterio. Hay docentes a los que prácticamente se les ha vencido el plazo de la segunda dosis de AstraZeneca y no se le sha puesto. Hay gente de más de cuarenta a las que se ha informado que les van a pinchar una dosis de Janssen (la pauta de esta vacuna es un único pinchazo) y a otros, de la misma edad, que se les ha anunciado que les van a inocular Pfizer. Con todos los respetos a la dificultad de una logística tan complicada, da la sensación de que se están haciendo un lío con la cosa vacunal. Las cifras en Canarias no van tan bien como en el Estado, que ya van regular. En España se ha inmunizado con pauta completa solo al 20,4% de la población mientras que en las islas estamos aún en el 15,9%. Hay que cerrar los ojos, apretar los dientes y vacunarse como sea y con lo que sea. Es muchísimo mejor y menos arriesgado estar vacunado que no estarlo. Es la única salida para que nuestra vida vuelva a la normalidad. Pero eso no quita para que algún día analicemos en serio tanta chapuza.