Según el Trust Barometer 2021 de la consultora Edelam, los españoles confían más en las empresas que en los gobiernos, los medios de comunicación o las redes sociales (que cargan con el peor margen de confianza).

Esto ha sido posible porque el nivel de desinformación y veracidad que hemos visto en el año 2020, en la gestión de la crisis sanitaria y económica por el COVID-19, solo ha tenido una respuesta clara por parte de las instituciones empresariales y las empresas donde acudir a obtener información fiable y eficiente.

La falta de confianza se extiende también al liderazgo social, a la incapacidad de aportar soluciones creíbles ni en la veracidad de los mensajes.

Además, en sus conclusiones, pide más protagonismo de los representantes empresariales, ampliando sus competencias para ayudar a solucionar problemas de la sociedad y de colaboración y eficiencia de la administración pública.

Posición muy distante del ministerio de trabajo, felizmente rechazado por las AA. PP. en Canarias, de crear una red de acólitos de la misma ideología política, para tener una interlocución sumisa a sus planteamientos, que la sociedad estructurada no comparte, ni como trabajadores ni como empresarios.

El diálogo constructivo es aquel que une bajo el paraguas del interés general la libre opinión e interés de las partes afectadas.

Habrá que releer el informe de Edelam. O la Constitución Española.