Vamos a numerar los surtidores de mano, como sus lugares y detalles de los mismos en 1950, cómo los pocos automóviles que circulaban por la isla se abastecían de gasolina en los surtidores o bombas de gasolina instalados cerca de la carretera, con el fin de poder aparcar y no molestar al tráfico.

Estos funcionaban a mano con un sistema de manubrio y expedían 5 litros. Así estaba la cosa en esa época.

Pasamos a detallarles los primeros, comenzamos por el lugar conocido Las Arenas. Este lugar lleva el nombre Las Arenas porque bajaba la arena desde la montaña de La Horca, llegando a la misma carretera con el peso de los vehículos y camiones, aplastaba dicha arenilla, aún más pequeña. De aquí, le viene su nombre Las Arenas.

Este lugar es el pulmón del valle. Este es un punto clave para reponer, gasolina o gasoil, los conductores que venían de la Isla Baja, otros eran los coches que venían del Puerto, que iban en dirección a La Orotava, como para Icod de Los Vinos o Buenavista, venían camiones cargados de fruta de plátanos que iban al muelle.

Aquí se encontraba dos surtidores, de propiedad de los hermanos Ismael y Domingo, conocido por los hermanos Hernández.

Al lado se encontraba una caseta de madera, donde los conductores desayunaban bocadillos de caballa sardina, jamón embutido o tortilla francesa, y se tomaban la “mañana”, de parra, vino o cerveza, para coger calor el cuerpo, de hecho esta caseta está abierta las 24 horas.

El primero que atendía esta caseta fue don Gonzalo, conocido en la zona por Gonzalo el cigarrero.

El segundo, don Galo.

El tercero, Antonio el de doña Eladia.

El cuarto, don Juan y doña Emilia.

El quinto y último fue don Santiago, ya que hubo que quitarla por el paso de la autopista.

En el año ya mencionado de 1950 empezaron las obras de la Shell de las Arenas. Esta, en el transcurso de todos estos años, ha tenido varios cambios de mejoras, la última fue en 2002.

Ahora continuamos con los surtidores. Nos vamos en dirección a La Vera. Llegamos a las puertas de la Cooperativa La Fats. Aquí había un surtidor y este era para los vehículos propios de la empresa.

El siguiente se encontraba, para que la gente pueda situarse, a la entrada de la Güina, junto a la carretera general en medio de los jardines, y la venta de comestibles de Juana y Benigno, donde trabajaba, despachando, Manuel Gómez, conocido por Lolo.

El siguiente se encontraba antes de llegar al Cine Vera, en la venta de don Miguel Pérez y su esposa doña Ángela. Aparte de eso, por fuera de la mencionada, también se encontrabna unos bidones, un surtidor para vender aceite a granel y otro para la venta de petróleo.

El siguiente, se encontraba al costado derecho donde había una casa de comidas y hoy día se encuentra el bar Tinerfe.

Por último, se encontraba en el Ramal de La Vera, donde está el cruce, para seguir para la Isla Baja, y para la Montaña esta carretera da al Realejo así como para varios lugares más. Este surtidor era propiedad de los hermanos Marrero, los que hoy día continúan con sus comercios.