Movilidad, uno de los motores de la recuperación

La nueva movilidad de nuestro tiempo es un concepto transversal y disruptivo. Transversal porque es difícil encontrar un ámbito de la vida donde la movilidad no tenga, directa o indirectamente, algo que ver. Disruptivo porque son tantos cambios que casi no da tiempo a asimilarlos. Raro es el día donde no nos encontramos con nuevos avances tecnológicos, nuevas ideas y nuevas soluciones en esta estratégica materia.

Pero además de transversal y disruptiva, la movilidad tiene tres apellidos principales: segura, sostenible y conectada. Sin embargo, siendo la movilidad segura la primordial para que exista la sostenible y la conectada, es la sostenible la que debería ser objeto principal de nuestros desvelos por lo que nos jugamos en el presente, pero también, en el futuro.

Todos tenemos el deber de procurar que esa movilidad sostenible lo sea económicamente, priorizando las inversiones en infraestructuras de transporte, socialmente, como derecho de los ciudadanos, y medioambientalmente, fomentando la descarbonización y la resiliencia climática.

Además, la movilidad sostenible debe afectar al conjunto del territorio, desde las grandes urbes donde se concentra el 80% de la población pero supone sólo el 20% del territorio, y el mundo rural que presenta un notable vacío demográfico, de modo que pueda satisfacer las necesidades de movilidad cotidiana de los ciudadanos. En este sentido, es capital conectar estas zonas en peligro de despoblación con los servicios básicos y con los proveedores de empleo para que sus habitantes tengan las mismas oportunidades que la población urbana.

No menos importante es el aspecto laboral ya que, como indica la Estrategia española de Movilidad 2030, es preciso garantizar condiciones de trabajo dignas en los sectores de la logística y transporte, impulsar una formación adaptada a las necesidades de las empresas y fomentar la presencia de la mujer a todos los niveles y en todas las profesiones vinculadas al transporte.

¿Cómo pueden los fondos europeos Next Generation ayudar a sostener la movilidad para la recuperación?

El transporte es una actividad intensiva en el uso de energía, siendo el responsable del 27% del total de emisiones de GEI teniendo la mayor cuota el transporte por carretera (92%). Desarrollar un transporte rodado sin carbono, promoviendo la intermodalidad e invirtiendo en infraestructuras de movilidad modernas, son retos para lograr la modernización de este sector y un descenso del 33% de las emisiones de GEI en 2030.

Si existe un sector económico que se preocupa de la movilidad sostenible es el de la automoción. En España, donde existen 17 factorías productoras de automóviles y camiones, otras tantas de ciclomotores y motocicletas, y decenas de fabricantes de componentes de automoción, sostener la movilidad es esencial para el empleo y para la transformación y recuperación de nuestra economía.

Un último sector intensamente relacionado con la necesidad de una movilidad más sostenible es el del turismo: antes de la pandemia, llegaban más de 100 millones de turistas internacionales al año. El sector aporta el 11,7% del PIB y emplea al 12,2% del total de afiliados a la Seguridad Social. Ni qué decir tiene que para muchos territorios representa mucho más que un simple sector económico.

En el archipiélago canario esta necesidad está acentuada por su situación geográfica y la importancia del turismo para su economía, muy superior a las cifras nacionales, así como por la movilidad entre islas y con la península.

¿Cómo conseguir que la movilidad sea uno de los motores de la recuperación? Primero, debemos identificar cuáles son los sectores económicos españoles asociados a la nueva movilidad sostenible: vehículo eléctrico, baterías, vehículo conectado, gestión de infraestructuras, infraestructuras de carga, tráfico naval y aéreo, infraestructuras portuarias y aeroportuarias, desarrollo de nuevas alternativas de movilidad sostenibles, etc.

Todos, administraciones, empresas y sociedad en general tenemos la oportunidad de impulsar esta transformación no solo a través de modelos de colaboración público-privada o, a veces mucho más complicada, público-público, sino también de la mano de los fondos de recuperación Next Generation EU.

Para finalizar, un deseo, pero también una necesidad: la urgencia de que se agilice el ritmo de publicación de convocatorias de ayudas y licitaciones de contratos para conseguir que los fondos de recuperación, transformación y resiliencia lleguen cuanto antes al tejido productivo español para, así, sostener la movilidad, el empleo y el bienestar de España y de nuestro territorio.