Cuando nos presentan el riego con calabazo como un deporte palmero, se ponen de manifiesto dos cosas, la ignorancia sobre temas sociales, y el intento de maquillar una realidad dura del dominio del agua y la oportunidad que deben a los olvidados por la historia. Sacar agua del Canal de las Haciendas de manera discontinua, a brazo, no tiene nada de folklore, “miseria de la miseria”.

En el mes de junio, el Consejo Científico de la Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma (RMBLP), acordamos hacer un debate sobre los problemas del agua en La Palma, como tema importante tanto en el plano ambiental como social. El Cabildo nos respondió proponiendo día y hora para reunirnos con D. Carlos Cabrera y los técnicos del Consejo Insular de Aguas. Antes de la fecha prevista, el Cabildo suspende la reunión y no proponen nueva fecha, ni referencia alguna sobre el tema.

De manera sorpresiva, el presidente del Cabildo, D. Mariano Hernández Zapata, nos remite convocatoria con orden del día en el que constaba el cese de funciones del Director Ejecutivo de la Reserva (Antonio San Blas Álvarez), y asuntos que procedan.

El presidente del Consejo Científico, el profesor Antonio J. Fernández Rodríguez (Premio Canarias de Investigación e Innovación), consulta con nosotros y se hace un documento planteando el papel de la Reserva en La Palma y fuera de ella.

La Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma es la única de la red española que desde el 2013 viene cumpliendo con los objetivos, y todo ello gracias al trabajo realizado por Antonio San Blas, una referencia de buen hacer. Como reto para los próximos años, sería mantener la línea de continuidad y el compromiso socioambiental en la isla, al margen de las miserias partidistas.

El documento consensuado se presenta el lunes 16 de noviembre, y el señor presidente del Cabildo no lo deja leer, alegando que faltaba la firma (firmas si el documento está consensuado), es decir, nos desautoriza, ignorando el trabajo y compromiso con una tierra que es de todos, con equivocaciones y con aciertos.

Este consejo a quien desautoriza, no sólo es un colectivo de 12 palmeros y palmeras, también es un equipo que ha puesto como referencia las cosas bien hechas sin recibir contrapartida económica alguna, y ahora marginado por estos señores que mandan como en los viejos tiempos.

En el Consejo desautorizado -ya que no se permitió leer los acuerdos por unanimidad en el pleno del pasado lunes-, tenemos un amplio colectivo humano con experiencia en el trabajo y en la vida, con una valía que las autoridades cabildicias parecen ignorar. Hemos de recordar al señor Hernández Zapata que entre estas 12 personas, tenemos varios Premios Canarias de Investigación e Innovación, por ejemplo, me permito citar a D. Manuel Fernández Rodríguez, catedrático de la Autónoma de Madrid, y jefe de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Puerta de Hierro, sin desmerecer al resto de consejeros y consejeras.

Por supuesto, esto no es un intercambio de cromos en los responsables políticos del Cabildo de La Palma, donde no se valora la solvencia profesional y el compromiso de trabajo de Antonio San Blas y su equipo en La Palma, pero también la valía de los suspendidos.

Ha suspendido una manera de dialogar, de enriquecernos con ideas, con experiencia, un debate rico en territorio en una isla que se ha vaciado no sólo demográficamente, sino socialmente. Encontrarnos con un debate productivo, no solo con isleños sino con realidades sociales que dignifiquen y comparen lo pequeño, lo local, con supuestos planteamientos globalizadores.

Señor presidente: el agua en La Palma es más que una mercancía, seguro que habríamos llegado a acuerdos que son útiles para los palmeros, incluso para su generación cargada de soberbia y poder. Nosotros no proponíamos chalecos antibalas y spray de pimienta para los equipos de medioambiente de la isla. Tal vez podrían invitar al rey emérito a la eliminación de los arruís en La Caldera.

No suspende quien quiere, sino quien puede. Usted no implanta el riego por calabazo en La Palma, los palmeros y palmeras no se lo permitirán.

Hoy dejo de pertenecer a la Reserva que usted quiere administrar como un cortijo, con candado y cerradura.

Un fuerte abrazo a mis colegas del Consejo, ha sido un honor compartir tan amenos debates estos últimos años.