"Necesito buscar mi espacio" era la frase demoledora de los dramas de televisión. Una pareja se rompía. Pero en vez de decirle al otro "ya no te soporto" se inventaban lo del espacio aunque se fueran a vivir con otra o con otro en un apartamento mucho más pequeño.

Asamblea Majorera, no tan cariñosamente llamada internamente Asamblea Majadera, parece dispuesta a romper con Coalición Canaria. Pero como en los viejos matrimonios ha decidido camuflar esa ruptura con un arabesco literario. "La tarea es que AM promueva acciones, políticas y objetivos por encima de estructuras partidistas que hasta el momento no han podido avanzar de manera definitiva hacia esta confluencia. Para eso tendremos que trabajar en aspectos orgánicos internos en CC, pero también en acciones y conversaciones externas desde AM con otros colectivos" han dicho los majoreros.

La frase tiene su coña. Promover acciones "por encima de estructuras partidistas" significa, en román paladino -qué feliz casualidad-, poder negociar fuera del ámbito de Coalición. Digo yo. Y decidir "acciones y conversaciones externas desde AM con otros colectivos" es como una declaración de impacto ambiental para anunciar acuerdos con Nueva Canarias, que es ese otro colectivo con el que los de AM tienen interés en trenzar relaciones carnales.

Entramos así en el terreno del surrealismo. Los indignados por que Ana Oramas tomó una decisión pasándose por las enaguas un acuerdo de la cúpula de CC van a hacer exactamente lo mismo. Mejor dicho, peor. Porque lo primero es una indisciplina y lo segundo una ruptura con abandono.

Después de un cuarto de siglo en el poder, los nacionalistas de CC se fueron a la oposición con lo puesto. No fueron capaces de crear en las islas una estructura de poder más allá del que te proporciona el control del aparato institucional. La extrema incomodidad que produce la oposición se vuelve agónica cuando hay tantos y tantos políticos que consideraban la militancia como una nómina y el poder como una oficina de empleo. Ahora, que ya no hay nada de eso, cuando el paro entra por la puerta la unidad tiende a saltar por la ventana. El oportunismo tiene razones que la razón sí alcanza.

Dentro de CC se está produciendo una confrontación entre los que quieren emprender el largo y laborioso trabajo de refundar el partido y los que simplemente creen que es conveniente abandonar el barco, con más o menos elegancia, para buscar otra cosa en la que permanecer a flote. Se pueden argumentar causas de algún calado, como la orientación a la izquierda o a la derecha, pero eso no es más que un disfraz de carnaval político para las prisas por comer caliente.

En CC tendrán que decidir entre regresar al insularismo, entregarse a ser devorado por la unidad nacionalista o recorrer el camino del desierto de la oposición, aprendiendo una dura lección de resistencia. Pero ahora la gran ballena de Coalición flota en las aguas de la política, pendiente de su congreso. Y como siempre pasa, los tiburones vienen para alimentarse con un par de dentelladas.