Cuando Canarias entró en Europa, lo hizo mediante un protocolo especial al que, a petición de la propia Comisión Europea, Canarias tuvo que renunciar para su plena integración, mediante un nuevo paquete de derechos y obligaciones que comprometían las relaciones de ambas partes de manera permanente.

La oportunidad del pacto cerrado entre Canarias y la Unión Europea, para reconocer el fuero canario en la fallida constitución europea, dejó a los pies de los caballos el idealismo europeo de las RUP y de las Islas.

Con el paso del tiempo y mucha burocracia, lo permanente se convirtió en voluntariedad y la cohesión europea se ha hecho de arriba hacia abajo y no siempre ha dejado a Canarias plenamente satisfecha.

Con el REF, con su fuero europeo, con las ayudas al plátano, a la industria, o a las excepcionalidades que siempre hay que discutirlas dentro del marco presupuestario y de las directrices de ayudas europeas, ha acabado imponiéndose en Europa una conveniencia posibilista más que una opción idealista para mejorar Europa desde dentro.

Algo así como cariño con falta de comprensión. Ahora, los empresarios canarios han dado la alerta por la pretensión de la OCDE de establecer una tributación mínima global para el impuesto de sociedades de cualquier sector de actividad sin que en su redacción inicial exima de esta línea roja fiscal a las regiones con dificultades estructurales, tales como la lejanía, insularidad, superficie o relieve. O sea, que aspirar a una equidad administrativa, social y fiscal es cada vez más, una entelequia que una realidad.

Esta iniciativa de la OCDE pondría en tela de juicio el REF en su totalidad, Zona Especial Canaria, Reserva para Inversorres, Deducción para Inversiones, Registro de Buques, Deducción por el Empleo, en todos los sectores, tanto tradicionales como disruptivos o diversificadores.

Ahora, el Gobierno de Canarias debe poner toda la carne en el asador ante el Gobierno Central, la propia Unión Europea y, por supuesto la OCDE, de manera urgente, para hacer valer nuestros derechos y que no sean pisoteados por esta globalizaición que quiere matar moscas a cañonazos.