Con motivo del reciente viaje a Bruselas del presidente de Canarias para participar en el encuentro de presidentes de las Regiones Ultraperiféricas, ha reaparecido en la prensa el acrónimo RUP que da título a este artículo. La RAE las define como aquellas regiones alejadas del continente europeo, en algunos casos a gran distancia, que forman parte indivisible de alguno de los Estados miembros de la UE y a las que se aplica con cierta flexibilidad, debido a su localización geográfica específica y las dificultades conexas, el acervo comunitario.

Son un total de nueve regiones que pertenecen a tres países europeos: Guadalupe, la Guayana Francesa, Martinica, Mayotte, la Reunión y San Martín (Francia), Canarias (España), Azores y Madeira (Portugal). Todas son islas, con excepción de la Guayana, y están ubicadas en el Atlántico occidental, el Caribe, la selva amazónica y el Océano Índico. Albergan en su conjunto a 4,8 millones de ciudadanos. La población canaria representa el 43% de la total. El territorio del archipiélago canario ocupa el 45% de la superficie insular de las RUP (con exclusión de la Guayana, que se encuentra en territorio continental), su PIB per cápita es el más alto, aunque está por debajo de la media nacional, y alcanza solo el 78% de la media de la UE.

Región Ultraperiférica es un término de carácter jurídico cuya definición considero muy precisa ya que el prefijo ultra, calificado gramaticalmente de grado extremo, hace énfasis en que estos territorios se encuentran en lo más distanciado de Europa, pero en la periferia; es decir, alejados, pero dentro de los confines de la UE. Por tanto, las RUP son políticamente regiones europeas que se rigen por la legislación comunitaria, con algunas excepciones beneficiosas, pero que se ubican geográficamente en otros continentes (una parte de Azores está en la placa americana). Estas excepciones están contempladas en la legislación de la UE para ayudar a las RUP a paliar las dificultades socioeconómicas estructurales derivadas de su lejanía, insularidad, pequeño tamaño, su clima y topografía difíciles, y su dependencia económica de un número reducido de productos.

Por ello, el artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) contempla una serie de medidas específicas para ayudar a estas regiones a afrontar los retos que dificultan su desarrollo, las cuales se refieren, en particular, a las políticas aduanera y comercial, la política fiscal, las zonas francas, las políticas agrícola y pesquera, las condiciones de abastecimiento de materias primas y de bienes de consumo esenciales, las ayudas públicas y las condiciones de acceso a los fondos estructurales y a los programas horizontales de la Unión.

La Comisión Europea ha establecido en varias comunicaciones las orientaciones fundamentales para que estas regiones puedan afrontar mejor los desafíos a los que deben hacer frente. La más reciente, de 24 de octubre de 2017, lleva por título: Una asociación estratégica renovada y más fuerte con las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea. En ella se propone un nuevo enfoque para abordar mejor sus necesidades específicas, a través de la adopción de medidas de ayuda basadas en cuatro pilares que permitan una cooperación más estrecha entre las RUP, su respectivos Estados y la UE, un mejor aprovechamiento de sus activos a través de inversiones en áreas que fomenten el crecimiento, la aplicación de medidas específicas para aumentar la empleabilidad de los más jóvenes y para intensificar la cooperación con los países vecinos, facilitando la adopción de iniciativas y proyectos conjuntos.

Para el próximo marco financiero plurianual de la UE 2021-2027, la Comisión ha previsto, en el ámbito de la política de cohesión, que las RUP sigan beneficiándose de una asignación de fondos adicionales de más de 1.000 millones de euros y del porcentaje máximo de cofinanciación de la UE. Obtendrán también una ayuda de 270 millones de euros en el marco de los programas de cooperación territorial (Interreg), a la vez que el nuevo Instrumento de Vecindad y Cooperación Internacional permitirá poner en común los recursos necesarios para fomentar proyectos conjuntos con terceros países y ayudar a estos territorios a integrarse mejor en sus espacios regionales. Actualmente existe un mismo marco normativo aplicable a los cinco Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE), que se clasifican dentro de la política de cohesión, la política agrícola y la política pesquera común. Entre 2014 y 2020, la UE ha asignado 13.800 millones de euros de fondos EIE a las RUP.

El nuevo Estatuto de Autonomía subraya la condición de región ultraperiférica de Canarias, que deberá ser tenida en cuenta por los poderes públicos. La economía canaria, especialmente su sector primario, sería insostenible sin las ayudas europeas recibidas en razón de su pertenencia a las RUP. Esta circunstancia ha permitido a Canarias beneficiarse de fondos europeos especiales para el sector agrícola, ganadero y pesquero, siendo la única comunidad española que ha seguido recibiendo fondos Feder, así como subvenciones y ayudas a la importación de productos básicos para compensar el sobrecoste del abastecimiento de materias primas. Canarias recibe 350 millones de euros anuales en concepto de ayudas comunitarias directas y 1.400 millones entre 2014 y 2020.

Además de las ayudas comunitarias específicas, el régimen económico y fiscal especial del que se beneficia Canarias ha podido ser mantenido tras la entrada en la UE, gracias a su reconocimiento como RUP y al estatus singular otorgado a estas regiones por los Tratados europeos.

A pesar de su problemática específica, que dificulta el desarrollo y el empleo, las RUP son tierras europeas que mantienen la presencia de la UE en zonas estratégicas del mundo. Sus especiales características las convierten además en laboratorios de experimentación únicos a pequeña escala para la investigación e innovación en diferentes sectores de la economía, como energías renovables, transición energética, cambio climático, turismo sostenible, agricultura ecológica, astrofísica o ciencias marinas, entre otros, cuyos resultados pueden ser muy beneficiosos para el conjunto de la Unión y fácilmente replicables.

En materia de energía las RUP deben hacer frente al desafío de mejorar su autonomía respecto a los combustibles fósiles y desarrollar políticas que generalicen la utilización de sus recursos naturales para producir energías renovables y ser autosuficientes en el aprovechamiento y uso de energías limpias. Canarias sufre una desmesurada dependencia energética, teniendo en cuenta que la partida de combustibles representa más de la mitad del total de sus importaciones. Por ello se hace necesaria la adopción urgente de una ley integral de lucha contra el cambio climático y la transición a un nuevo modelo energético no contaminante, potenciando las fuentes renovables de energía eólica y fotovoltaica, que podría contar con apoyo complementario del presupuestario europeo, a través de los programas Interreg u otros previstos para sostener las acciones en favor de la resolución de las problemáticas comunes de las RUP.

Canarias tiene, por otra parte, un peso indiscutible en el conjunto de las RUP, que debería ser aprovechado para ejercer el liderazgo que le corresponde en este foro por su nivel de desarrollo superior, mayor extensión entre las regiones insulares y mayor población. Entre sus muchas fortalezas, destaca la biodiversidad, con el 40% del suelo protegido, el liderazgo en el sector del turismo, su potencial universitario e investigador en áreas punteras como la astrofísica, oceanografía o las biotecnologías, así como las infraestructuras de transporte, de telecomunicaciones y sanitarias.

Es también la región más próxima al continente africano, lo que la convierte en un centro privilegiado como plataforma logística, de negocios, operaciones y servicios de su entorno geográfico, así como en un referente para la cooperación regional, dando apoyo, en colaboración con las RUP atlánticas, a las alianzas estratégicas de la UE con los países vecinos y a la negociación de acuerdos comerciales.

* Patrono de la Fundación Canaria para la Acción Exterior (Fucaex)