Esta misma semana, ha venido Marcos a la consulta con un flemón, no ha podido ir al cole, y casi no ha desayunado, porque tiene dolor. Al verle su boquita, vemos que tiene caries, y son caries grandes, esas que no hace falta ser dentista para verlas. "Pero es un diente de leche y se le va a caer", dice su mamá.

Sí, efectivamente los dientes de leche se caen, pero también se tratan. Y siempre hay que hacerlo. No debemos dejar que las bocas de nuestros hijos se estropeen, dejando las caries en la boca. No olvidemos que la caries es bacteriana, y si no la tratamos estas bacterias crecerán, si tiene dientes definitivos al lado, se pueden picar también. Y si la caries es tan grande que nos hace un flemón o una infección, esta puede afectar al diente definitivo que esta debajo. Tu hijo puede tener dolor, fiebre, faltar al colegio, dificultad para comer, falta de autoestima, incluso ingresos hospitalarios por no tratar las caries en dientes de leche.

Me gusta recomendar a los padres que, al menos 1 vez al día, repasen el cepillado de sus hijos, mínimo hasta los 9-10 años. El repaso tendrá una doble función, la primera, mejorar la higiene de la boca, debido a que en muchos casos, no tienen ni la destreza ni la paciencia para realizar un buen cepillado, y la segunda, ver los dientes de nuestros hijos. Las caries en dientes de leche, progresan muy rápidamente y son apreciadas por los padres. Es importante realizar una revisión al año con el odontopediatra, y revisar diariamente en casa las bocas de los niños, y en caso de tener caries, ya sea en dientes de leche o definitivos, siempre tratarlas.

Por una infancia sana, con hábitos saludables y sobre todo feliz.