Vivimos unos momentos trascendentales para avanzar en la estabilidad que necesita el Sistema Nacional de Salud a nivel de toda España, y concretamente en nuestras Islas el Servicio Canario de Salud, toda una compleja situación que está definiendo el futuro de la Sanidad y los desafíos que le afectan, motivos por los que recientemente la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, ha insistido en que ahora, como nunca, es muy necesario seguir apostando por la Sanidad pública y por la necesidad de que especialmente lo haga la clase media apoyando decididamente el Sistema Nacional de Salud, porque de otro modo lo que se conseguirá es privatizar el riesgo social, deteriorándose los servicios públicos si éstos se quedan solo para quienes no pueden pagar los privados.

Una de las claves del futuro de la Sanidad es el envejecimiento de la población, que no solo afecta a la sostenibilidad de las pensiones, también a la atención a la dependencia y a la cada vez más compleja asistencia sanitaria, dado el aumento de la incidencia de las enfermedades crónicas y de la pluripatología a ellas asociada, y de hecho basta con mirar a nuestro alrededor para ver cada vez a más personas que conviven, por ejemplo, con la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes, pongamos por caso, situaciones todas ellas que generan un gasto médico, farmacológico y social que va en aumento, lo que se convierte en alarmante cuando derivan en graves complicaciones.

Otra cuestión clave es la incidencia de esta problemática en la mujer, que pese a desarrollar cada vez más importantes carreras profesionales, sigue cubriendo una parte muy sustanciosa de la difícil tarea de los cuidadores, una cultura muy arraigada en Canarias, sobre todo en el medio rural, cuando, ante la enfermedad de un familiar, la mujer asume más que el hombre la responsabilidad de cuidarlo, lo que, si le añadimos la atención doméstica y su trabajo habitual, el conjunto supone una sobrecarga física, psíquica y emocional que inevitablemente perjudica a su salud.

Por otro lado, qué duda cabe que los años recientes de crisis económica han propiciado desigualdades y pobreza, y si bien es cierto, tal como ha destacado la ministra Carcedo, que el Sistema Nacional de Salud fue una herramienta muy válida para conseguir una justicia social que disminuyera la desigualdad, las políticas de austeridad de los gobiernos del Partido Popular redujeron la capacidad del sistema sanitario y de los servicios sociales para garantizar una mayor igualdad de oportunidades, y basta para ello con recordar el afán por desuniversalizar el sistema sanitario, los recortes en dependencia, en servicios sociales y en la atención primaria, junto con la introducción de nuevos copagos, afectando éstos sobre todo a determinados pensionistas.

Además, muchas personas mayores están afrontando el sustento de sus familias en los peores años de la crisis, aportando para ello su pensión, por lo que otro factor clave es cuidar nuestro sistema público de pensiones, uno de los valores incuestionables de nuestro Estado del Bienestar, por lo que tenemos la obligación no solo de garantizar su sostenibilidad para las generaciones futuras, sino además exigir que las cuantías actuales sirvan para mantener el poder adquisitivo de los pensionistas y aumenten cada año de acuerdo con el coste de la vida.

El próximo domingo celebramos elecciones generales, y todos los partidos políticos dan importancia a la financiación autonómica de la Sanidad, la derecha en general ofertando propuestas conservadoras y de más apoyo a la sanidad privada, mientras la izquierda proponiendo medidas progresistas y de apoyo a la sanidad pública contando con la privada, y en el caso concreto del PSOE comprometiéndose a consolidar la universalidad, a incorporar la salud bucodental, eliminar progresivamente los copagos, frenar las ludopatías, las pseudoterapias sin evidencia científica, los movimientos antivacunas y el tabaquismo, avanzar en la muerte digna, en la regulación de la eutanasia, en reforzar la atención primaria y la salud mental, la atención al cáncer infanto-juvenil y las terapias avanzadas, luchando contra la contaminación del medio ambiente, e incrementando la inversión sanitaria con relación al Producto Interior Bruto pasando del actual 5,9% a un 7% hacia 2023.

*Doctor en Medicina y Cirugía Secretario regional y coordinador federal de Sanidad del PSOE

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