Leemos el título y quizás suene soso, quizás no llama la atención, pero como justamente suele pasar con este tipo de personas, se da por sabido sin atender lo que verdaderamente ser altamente sensible significa. La realidad es que, en nuestro día a día, nos tropezaremos con más de una persona con esta característica, o más aún, quizás somos altamente sensibles y no lo sabemos o a lo mejor sí, o quien sabe si es alguien con quien convivimos, o con quien nos relacionamos habitualmente. Las personas altamente sensibles existen, sí, y no es que sean unas quejicas, unas lloronas, unas personas a las que no se les puede decir nada, a las que, lamentablemente, solemos etiquetar con esos treinta mil usos del lenguaje descalificativo, usados probablemente desde el desconocimiento, o desde no saber manejar esa situación que, al que no es así, se le hace incómoda. Pero hay que saber que casi un veinte por ciento de la población presenta este rasgo de la personalidad, y no es que sean unas ñoñas, es que simplemente su cerebro presenta un sistema neuro-sensorial más desarrollado y fino que el resto de las personas. ¿Y qué significa eso? Pues que el cerebro de esa persona recibe comparativamente mayor cantidad de información sensorial, asimilando todos los matices y sutilezas del entorno de una manera muy diferente a aquella persona que posea una sensibilidad media, y que su cerebro, debido a sus características, no es capaz de captar.

En psicología se denomina a estas personas con la abreviatura PAS y existen test para ver el grado de sensibilidad al que son sometidos en su día a día, ya que, en muchas ocasiones, la alta sensibilidad puede acarrear episodios de bloqueo emocional, saturación sensorial, estrés y, en último lugar, derivar en algún tipo de trastorno psicológico. La vida diaria de la persona altamente sensible nada tiene que ver con la de una persona que no lo es, y como es una característica que en la sociedad ha recibido poca atención y en nuestro día a día a esas personas se les trata como sensibles y punto, poco se ha profundizado en la calle sobre cómo sobrellevarlo cuando eres así, o como tratar a alguien que sea tan? delicado. Vivimos en una sociedad donde tenemos que ser fuertes y donde las cosas no deben afectarnos, y entonces, ¿cómo sobrevive el que, debido a su estructura cerebral, siente de forma mucho más intensa que el resto?

¿Te has preguntado alguna vez por qué las cosas te afectan tanto? Quizás seas una PAS y no lo sabes, quizás lo es tu pareja, tu hijo/a, tu amigo/a, y ¡claro! debido a la poca información que se tiene sobre esta peculiaridad lo hemos pasado por alto y al que es así, esta cualidad, hace que sienta que es un bicho raro, o que al que tenemos al lado sea un sensible al que no se le puede decir nada.

Una persona altamente sensible no elige ser así, es más, si pudiera evitaría ser así, y ¿por qué? Pues porque cuando no sabes que eres así, cuando no entiendes lo que te pasa y no sabes cómo gestionarlo, se sufre mucho.

Si buscas en Google sobre los PAS hay miles de enlaces que dan información sobre ese tipo de persona, incluso existen asociaciones, con lo cual se deduce que tampoco hay tanta desinformación, al menos a nivel teórico, pero lamentablemente sí que la hay en el quehacer diario, al ser un rasgo de la personalidad, no se le ha dado la importancia que conlleva, ya que mal llevada sólo produce incomprensión, baja autoestima, aislamiento, ansiedad y depresión, entre las consecuencias más comunes. Existen test que se pueden hacer online para descubrir si realmente eres así y eso puede ayudarte a, al menos, saber que no eres débil o frágil, sino que tu cerebro procesa mucho más que el de otras personas. Bien usado puede ser muy beneficioso, simplemente tienes que aprender a gestionarlo.

La base de toda convivencia es el respeto, ¿no? por lo que respetar la forma de sentir y de recibir los estímulos de las personas altamente sensibles es la clave para tratar con ellas. El otro no tiene la culpa de ser tan sensible, al igual que tú no puedes evitar sentir dolor o malestar ante diferentes situaciones, la persona sensible tampoco. Como recibe mucha más información y de forma más intensa, ya sea física, emocional o ambiental, que además debe procesar, eso la suele llevar a bloqueos temporales, que la llevarán a actuar de forma anormal. Es más intuitiva o empática que el resto, lo que la hará adelantarse a situaciones o sacar conclusiones acertadas, sentir las emociones de los que están en la habitación y que, además, éstas le afecten.

Ser altamente sensible no es fácil, no se lo pongas más difícil tú. El cómo la tratas, el cómo la miras, el cómo le hablas, le afecta y mucho. Deben aprender a vivir con esas emociones como algo normal y eso, es un camino largo, doloroso y solitario. Es por todo ello que insisto en la sana comunicación y el dialogo, el saber cómo le afectan las cosas, el que se pueda desahogar, el evitar descalificarla o criticarla por cómo es, la ayudará. Porque ¿sabes? lo bueno también lo sienten de forma mucho más placentera que tú y tener al lado a este tipo de persona que se siente feliz, alegre, querida, amada y respetada es maravilloso, te lo saben transmitir y te contagian ese bienestar.

Por lo tanto, si eres una persona altamente sensible aprende a manejarlo y a hacerte respetar, y si convives con una, aprende a tratarla y a respetarla.

¿Acaso no queremos todos que se nos respete y que se nos trate bien?

*Psicóloga y terapeuta

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