No todo lo que aparentemente representa armonía es evocación de buen color. Desde los comienzos de la vida, debemos tener presente que no siempre una conducta precisa es conciencia de buenos actos. Hay personas que parecen, repito, parecen, exaltación de amistad y no lo son; la naturaleza de la hipocresía siempre va envuelto en lo humano...

La exageración es un elemento decorativo, junto al detalle podemos observar el fondo de muchas palabras. No obstante, debido a nuestras carencias, somos nostalgia que siempre exclama junto a la cercanía. Hay personas a nuestro alrededor, piénsenlo, que se acercan a nosotros disfrazados de amigos y solo buscan saber. La gente que llega jadeante a nuestra vida, y en tres días nos quieren, son el inquietante asombro de los afectos y el silencio de la falsedad. El mundo está lleno de cotillas... Junto al murmullo de la vida ajena está el asombro de la curiosidad. Dicen que las aplicaciones que descargamos por internet son un foco de espionaje. Y sin embargo, no vemos que el mayor espionaje lo tenemos al lado: amigos, conocidos, familiares. Siempre, con tremenda sutileza, nos intentan sacar información de nuestra vida, y además con airada impaciencia esperan respuesta. ¿A qué saben de lo que hablo? Lo antagónico es irreconciliable, vean que junto al humor cariñoso, muchas veces jadea la maldad. La intuición es fundamento que sabe mercadear con todo el mundo, gracias a ella obtenemos una valiosa información, háganle caso. ¿A qué hay muchas cosas que no le cuadran? Pues piensen que, seguramente, están cuadrando en otro lugar...

Muchas veces, asistimos a verdaderos actos de espionaje, pero al ser circunstancia de cercanía, no nos damos cuenta. Sí, amigo mío, considere que junto al resplandor de los afectos todos tenemos la costumbre de hablar, y no olvide que muchas personas cercanas son enemigos íntimos...