Los derechos de reunión y asociación han quedado claramente recogidos por la Declaración Universal. Reconocemos con facilidad que el reunir voluntades en orden a alcanzar objetivos comunes es fundamental. Solos seguramente iremos más rápidos, pero juntos, sin duda, alcanzaremos la meta. Esta dimensión antropológica es inherente a nuestra condición humana: somos seres sociales y es así, en sociedad, en comunión, asociadamente, como alcanzamos los objetivos que nuestra inteligencia percibe como coherentes con nuestros fines.

Se ha de promover y potenciar cuanto ayude a que las personas nos podamos vincular, asociar, unir? El hecho de estar juntos despierta una sabiduría de conjunto superior a cualquier talento individual. Unir voluntades y aunar esfuerzos no es la mera suma de la fuerza individual de los participantes. Y nuestra sociedad, tan individualizada y aislada, merece espacios de enlace?

En estos días he conocido el esfuerzo compartido de una alianza de asociaciones que lleva como nombre elocuente Enlázate por la Justicia. Desde el año 2012, Cáritas, Confer, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes se han vinculado en orden a alcanzar un objetivo común: sensibilizar a la sociedad con una misma voz como entidades de cooperación para el desarrollo. Me han dicho que desde el año 2016 lanzaron una campaña titulada Si cuidas el planeta, combates la pobreza, inspirada por la Encíclica del papa Francisco Laudato si. Es una pretensión conjunta de transformación del actual modelo de desarrollo injusto, insolidario e insostenible y la construcción de una ciudadanía global y solidaria, consciente de la necesidad del cuidado del planeta y dispuesta al cambio de hábitos y prioridades. Han comentado que el día 6 de septiembre, cuando la Catedral de La Laguna está cumpliendo 106 años de dedicación al culto, ellos se van a reunir a las 20:00 h para realizar una vigilia de oración por este tema.

El cuidado de la Casa Común, el cuidado y atención al Planeta que nos hospeda y del que formamos parte, no es un tema potestativo. Con ningún otro tema es tan vital el esfuerzo vinculado. Porque no habitamos mundos paralelos; solo existe este mundo. Tomar conciencia de ello es fundamental. Cualquier acto de insolidario deterioro de nuestro planeta no puede ser considerado como un acto libre individual, sino como un atentado que lesiona los derechos de los otros.

Ver arder la Amazonía no es un problema de Latinoamérica. Es un problema que nos afecta a nosotros aunque estemos tan lejos de aquellas llamas. Porque cuando un miembro del cuerpo sufre, todo el cuerpo está enfermo. Lo que yo haga o deje de hacer se convierte en causa de consecuencias que padecen o gozan otros. Ser ecologista en una manifestación está bien, hay que serlo; pero hay que serlo también en casa, al cocinar o al recoger la basura; al abrir el grifo para cepillarme los dientes; al encender, apagar o mantener encendida una luz innecesaria en el pasillo del baño, etc.

En el cuidado de la Casa Común hemos de estar enlazados?

*Delegado de Cáritas Diocesana de Tenerife

@juanpedrorivero