Nooosss. Qué aburrimientoooo. En vez de un pacto político parece que estén haciendo la pirámide de Keops. O el diseño de una nave intergaláctica. Los medios persiguen a los políticos para que todos los días te suelten la misma monserga: ponen la voz engolada, se atusan los colmillos y vienen a decir que están teniendo reuniones y que se está avanzando. Pero todos los días parece que estamos en el mismo sitio. O sea que es un avance estático: como caminar sin moverse.

Es ampliamente sabido, para quien tenga interés en esta cochinera, que la decisión para el futuro Gobierno de Canarias la tiene Albert Rivera en Madrid, porque ya se sabe que donde manda el Capitán Tan no manda las sardinas y muchos menos los besugos. ¿Y qué es lo que tiene que decidir? Pues muy fácil. Si está dispuesto a pactar un gobierno con Coalición, el PP y la Agrupación Socialista Gomera o dejar que gobierne la izquierda. Justo eso. Tampoco es que te tengas que quedar calvo. O dices que sí o que no. Pero están ahí, dale que te pego, sin resolver. Y tienen de los nervios a todo el mundo. A la izquierda no le hace falta el voto de Ciudadanos porque al PSOE, Podemos y Nueva Canarias con ASG le sobran diputados. Pero le hace falta que los dos diputados naranjas se abstengan de una puñetera vez y les abran la puerta.

Rivera, como Margarita Gautier, deshoja la idem desde la melancólica distancia. Y pone tal cantidad de condiciones para firmar un acuerdo político que más bien parece un ganadero buscando un caballo de pura sangre para cruzar con su yegua favorita. Que si en los pactos no puede estar Podemos, que si tienen que ser moderados, que si no puede haber candidatos con problemas judiciales... Este último asunto, por ejemplo, impide formar acuerdos en media Canarias. Como el deporte nacional aquí es querellarse unos contra otros, hay muchas causas en marcha. Y algunos acumulan varias, porque contra Clavijo y Torres se han anunciado unas trescientas solo en lo que va de mes.

Deben saber ustedes que el sábado que viene se constituyen los ayuntamientos. O sea, que se acabará el cachondeito del "estamos hablando" y "estamos avanzando". Se van a tener que mojar sí o sí. Y lo que pase en el pleno de Santa Cruz va a ser determinante. A los dos concejales de Ciudadanos les pide el cuerpo darle matarile a Coalición Canaria. Y si Madrid les deja, ya tendremos claro que habrá un pacto de izquierdas en las Islas. Y si no, justo lo contrario. Lo normal sería que se anunciara públicamente un acuerdo esta semana. Pero si antes del sábado no se conoce ninguno, es que va a haber sangre.

Coalición puede ser un desastre; pero negociando pactos hay poquita gente que les moje la oreja. Y estas últimas semanas se han puesto las pilas alcalinas, como el conejo de Duracell, para conseguirlos. Han estado en Madrid explicándoles a los de Rivera la diferencia entre que te acusen de meter la pata o de meter la mano. Pero por si tuvieran dudas, Clavijo estaría dispuesto a agarrarse a las columnas del templo, meterles un empujón y hacer que se derrumbe sobre el tormo de Torres. O lo que es lo mismo, estaría dispuesto a dar un paso a un lado para que su partido pudiera gobernar. Es probable que no sea necesario, pero en cualquier caso la bala de plata, la denuncia que le presentó la oposición, no impedirá que los nacionalistas mojen. Sólo causará daños personales. Pero el destino les ha condenado a esperar. CC depende de la margarita de Rivera, que no termina de decidirse. Y el PSOE se va a desnucar mirando para La Gomera.

El telón de fondo de todo este guiso es que con solo dos diputados, Ciudadanos está en el ombligo de las cosas. Tanta reforma electoral y tanta gaita para que al final estemos en las mismas. Eso sí, en las mismas pero con siete partidos sobre el mismo mar. Y es evidente que cuantos más pescados metes en el sancocho, más difícil es cogerle el punto. Porque ya se sabe que no lleva el mismo fuego el cherne que el burro. Y no digo más.