Un año de la crisis en el PP

Un año de la caída de Casado: ¿dónde están y qué cartas esconden los protagonistas de aquella crisis?

Radiografía de los cuatro políticos que marcaron una de las páginas más traumáticas de la historia del PP

Ayuso, entre Feijóo y Casado, el 2 de octubre de 2021, en un acto del PP en Valencia.

Ayuso, entre Feijóo y Casado, el 2 de octubre de 2021, en un acto del PP en Valencia. / EFE

Pilar Santos

Esta semana, muchos dirigentes del PP explican que lo están pasando mal porque están reviviendo las lamentables jornadas que acabaron con Pablo Casado hace justo un año. Es el primer aniversario de su caída, que se produjo en tiempo récord después de que él denunciara públicamente que el hermano de Isabel Díaz Ayuso había dado un pelotazo en plena pandemia al vender mascarillas al Gobierno de la Comunidad de Madrid. La fiscalía europea mantiene abiertas las diligencias por malversación y cohecho, entre otros delitos, pero en España Anticorrupción archivó las suyas.

El 23 de febrero del 2022 el entonces jefe de los populares empezó la jornada despidiéndose del Congreso y acabó el día en la sede del PP, cediendo su cargo a Alberto Núñez Feijóo por petición de todos sus barones. A la única que no había invitado fue a Ayuso.

Este miércoles Casado y el actual líder del PP comieron juntos, en un intento de cerrar heridas. La relación entre ellos es cordial aunque todavía duele. El tiempo todo lo cura, pero solo ha pasado un año.

Aquí esbozamos la situación de cada uno de los protagonistas de aquellas semanas que marcaron la historia del PP.

Casado, voluntariamente desaparecido

Casado no supo medir sus fuerzas en la batalla que lanzó contra Ayuso, que pasó en unos meses de amiga íntima a enemiga pública. Las decepciones y traiciones que vivió en los últimos días como presidente del PP empezaron con ella, a la que dio una oportunidad de oro cuando le propuso encabezar la candidatura en Madrid, en las elecciones de 2019, después de que varias personas le hubieran dicho que no.

Cualquiera que viera a Ayuso los días posteriores a la noticia (11 de enero) la pudo ver llorando de alegría, porque no se lo creía: una periodista con escasa experiencia en la administración, al frente de la lista electoral.

Ahora, Casado es asesor de un fondo de inversión de EEUU, dedicado a temas de tecnología y defensa, y viaja por todo el mundo. Se fue del barrio de Salamanca, en el centro de Madrid, al oeste de la ciudad, Aravaca, para que sus dos hijos estuvieran más cerca del colegio.

Dicen los que hablan con él a menudo que su sueño es que, dentro de unos años, haya españoles que no se acuerden de su nombre, que no sepan que él dirigió el PP. Quiere olvidarse de esa etapa, aunque esa etapa era toda su vida, porque la política lo ocupó todo desde su primera juventud y hasta febrero de 2022. De las juventudes del partido a la presidencia, su sueño conseguido y truncado.

Ayuso, tensa por la absoluta

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, protagoniza en Londres un desayuno informativo organizado por Invest in Madrid y la British Chamber of Commerce in Spain.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. / COMUNIDAD DE MADRID

En estos meses, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha logrado lo que ansiaba, la presidencia del PP en la región, y se ha volcado en “reordenar” el partido a nivel autonómico. Después de la holgada mayoría que logró en mayo de 2021, cuando adelantó las elecciones tras expulsar a Ciudadanos del Gobierno, y después de haberse convertido en una política con mucho tirón popular, el sentir general en el PP es que en los comicios de este año (por Estatuto tiene que volver a convocarlos) iba a arrasar con la absoluta.

En su equipo han empezado a rebajar las expectativas. “Teñimos de azul el mapa en las autonómicas, sí, pero el PSOE tiene mucho poder municipal. Es muy difícil que un ciudadano vote en una urna al alcalde socialista y, en otra, cambie al PP para votar a Ayuso”, señalan en la Puerta del Sol sobre las elecciones del 28 de mayo, día en el que se celebran las municipales y autonómicas. 

Ayuso necesita la mayoría absoluta, no solo para gobernar cómodamente (Vox le ha dejado sin Presupuestos para 2023), sino para no perder autoridad dentro del PP. En estos meses, Juanma Moreno ha logrado ese hito en Andalucía y quiere ponerse a su nivel ante lo que pueda pasar.

Moreno, el plan b de Feijóo

Juan Manuel Moreno Bonilla.

Juan Manuel Moreno Bonilla. / EP

Moreno y Feijóo tenían una buena relación antes de la caída de Casado y mejoró aún más al ver la guerra entre el entonces presidente del PP y Ayuso. Ellos dos abrieron un canal de comunicación permanente en aquellos volcánicos días que les llevó a comentar a todas horas la situación y buscar la mejor solución para el partido. La mayoría de los altos cargos del PP de toda España les miró a ellos para ver qué hacer, cómo reaccionar.

Las llamadas eran continuas. Presidentes autonómicos, provinciales, diputados de todas las comunidades… Sus teléfonos no paraban de sonar. El domingo 20 de febrero, por la noche, Ayuso se puso en contacto con Feijóo para decirle que ella le apoyaría si decidía presidir el PP, y ellos dos empezaron a poner en marcha el relevo. Moreno, recuerdan en el equipo de Casado, fue especialmente cuidadoso con las formas, sobre todo en aquella reunión de presidentes autonómicos del miércoles 23, en la sede, en la que algunos querían su salida inmediata.  

Tras acordar entre todos que Feijóo tenía que coger las riendas y que las primarias serían un mero trámite, el entonces presidente de la Xunta y Moreno dedicaron marzo a hablar del futuro equipo. El político gallego incluyó en puestos relevantes de la cúpula a personas de total confianza de Moreno: Elías Bendodo sería el coordinador general y Juan Bravo, el vicesecretario de Economía. No metió a nadie del entorno de Ayuso. Un aviso a la madrileña desde el minuto cero. 

Entre su mayoría absoluta, la buena relación con Feijóo y el poder dentro de la cúpula, Moreno es el mejor colocado para hacer lo que toque, cuando toque, en la ‘era post-Feijóo’.

Feijóo, con la vista puesta en la Moncloa

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante una sesión de control al Gobierno en el Senado, a 21 de febrero de 2023, en Madrid (España).

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. / Europa Press

Un mes después de asumir la presidencia del PP, Feijóo dejó en mayo la Xunta de Galicia y aterrizó en Madrid, “el Vietnam de la política”, según la expresión de un ministro de Pedro Sánchez. No es fácil acostumbrarse a dos o tres polémicas diferentes cada día y la presión de los medios de comunicación, que tienen los micrófonos preparados para preguntarle a todas horas. Entre eso y la competición con Vox en las derechas, admite que ahora entiende mejor a Casado y esa imagen de inconsistencia que trasladaba en ocasiones. 

Feijóo se buscó un escaño en el Senado, designado por el Parlamento gallego, para tener un púlpito al menos desde el que carearse con el jefe del Ejecutivo cada tres o cuatro semanas y empezó a hacerse sus equipos. En general, cree que ha conseguido coser las heridas que se abrieron en el partido. El grupo parlamentario en el Congreso, el del Senado y la cúpula de Génova “trabajan todos a una”, aseguran dos vicesecretarios. Todos han entendido, dicen, que tienen que remontar los traumas de la moción de censura y la caída de Casado y apretar las filas. 

Ese reto lo ha conseguido, considera. Ahora quiere ir partido a partido. Que el PP saque un buen resultado en las municipales (él también ha empezado a rebajar las expectativas) y vencer a Pedro Sánchez en las generales, a finales de año. Ha insinuado que, si no le gana en votos, dejará la presidencia del PP. Ya se verá. Esta vez puede ocurrir que el segundo logre una alianza para ser investido. La política española lleva sorprendiéndonos una década ya y todo apunta a que seguirá haciéndolo.