Los periódicos tenemos tendencia a tratar a los políticos como muñecos, olvidando que son personas. Luchó mucho por llegar a presidente del Gobierno y le ha tocado lidiar una cosa tan bestia como esta pandemia. ¿Se imaginó que le pudiera pasar algo así?

Ni yo ni nadie nos podíamos imaginar el que tuviéramos que sufrir una pandemia que es la peor crisis sanitaria que ha sufrido la humanidad en los últimos cien años. Creo que, cuando ocurren este tipo de crisis, hay que volver a los fundamentos del compromiso político y de tu condición de ciudadano, ser consciente de que tienes que ser humilde. Te estás enfrentándote a un virus desconocido, y no solamente para el político o para el ciudadano en general, sino también para la propia ciencia. Hay que ser consciente de las limitaciones que tiene la ciencia y reafirmar un compromiso con la defensa de la salud pública y también de las empresas y del empleo.

¿Le vale la pena estar ahí ?

No se mide así, al menos no lo concibo así… El compromiso político es el que pervive, y uno tiene que hacer frente también a coyunturas que no están planificadas, se han acelerado muchísimos cambios que ya veíamos venir , y que fueron objeto del discurso de investidura, como es la transición ecológica o la transición digital, que debe de tener una perspectiva inclusiva, integradora para sentar las bases de una nueva economía que tiene que crear más empleo de calidad y garantizar una competitividad basada en la sostenibilidad. Son elementos que pueden parecer abstractos para el público en general, pero si sabemos anticipar las respuestas a estos desafíos pueden ser fuente de un mayor progreso, de un mayor empleo, de un mayor desarrollo económico.

Y cuando uno está metido en este lío, ¿qué le pasa por la cabeza cuando la oposición le quiere llevar a los tribunales después de trabajar 16 o 18 horas al día?

España en esto ha sido un ejemplo de una oposición que, cuando se ha apelado a la unidad, lo que se ha hecho ha sido desentenderse del país. El último ejemplo ha sido con la aprobación de unos presupuestos que son necesarios, no solamente para el Gobierno de España, son necesarios para el futuro de el país e incluso también para aquellas comunidades autónomas gobernadas por partidos que ahora mismo están en la oposición. Nosotros hemos tomado una actitud que es la que conecta con el sentir mayoritario de la ciudadanía: tender puentes, no levantar murallas, rehuir la confrontación, apelar al conocimiento científico... No deja de ser curioso, y creo que también muy positivo, que, en el Parlamento con mayor fragmentación de la historia democrática de nuestro país, hayamos logrado aprobar unos presupuestos imprescindibles con un mayor número de fuerzas parlamentarias. Ha habido fuerzas parlamentarias que se han desentendido, ahí está el partido de Puigdemont, el partido de Abascal, el partido de Casado… pero creo que la buena noticia es que ha habido una mayoría de grupos parlamentarios que han dicho sí .

Los ciudadanos tienen la sensación de haber hecho cosas muy extraordinarias mientras los políticos han hecho lo de siempre: pelearse ¿Son conscientes de ello?

Esta pulsión existe porque hay mucha incertidumbre. Empatizo con esta pulsión que tiene la ciudadanía de incertidumbre e inestabilidad y de inseguridad, ante una emergencia sanitaria, que a diferencia de otro tipo de emergencias no se sabe cuál es el final. Es verdad que ahora mismo estamos empezando a ver el final y si nos retrotraemos al principio de la pandemia, en el mes de marzo, podemos vislumbrar tres etapas de esta emergencia sanitaria.

¿Con actitudes y resultados diferentes?

Una primera, que fue la primera ola, donde súbitamente nos encontramos invadidos por un virus que desconocíamos. Con un enorme esfuerzo y sacrificio en términos de impacto social, de pérdidas humanas, pero también con un cerrojazo a nuestra actividad económica, el estado de alarma nos permitió doblegar la curva, nos permitió reducir a 0 el número de fallecidos. En el Congreso de los Diputados, pese a tener debates muy acalorados cada 15 días para prorrogar el estado de alarma, se abrieron paso alianzas con unos y otros grupos parlamentarios. Una segunda etapa, que es la que hemos visto a lo largo del mes de agosto, septiembre, octubre, cuando aprobamos el estado de alarma por 6 meses. Los expertos nos decían que en seis meses podíamos pasar los cambios estacionales con mayores garantías. El protagonista ahora ya no es el Gobierno, sino que son las comunidades autónomas. De nuevo estamos doblegando la curva con un enorme esfuerzo, sobretodo de determinados sectores como el sector la hostelería y la restauración, y tenemos una incidencia acumulada inferior a muchos países de la UE ..

Para hablar de lo que habla la gente estos días, ¿ya ha decidido cómo celebrará la Navidad?

Estoy a la espera de lo que me diga el ministro de Sanidad y, por tanto, los científicos y los profesionales del ministerio. Más allá de la mercantilización que en algunas ocasiones tiene la Navidad, ¿Qué significa para todos nosotros? Significa reencuentro, significa afecto, significa familia. Por lo tanto, desde el punto de vista del comportamiento individual, el mejor regalo que podemos hacer a nuestros seres queridos, a nuestros amigos, a nuestros familiares, es regalar seguridad.

Volvamos a la tercera etapa, ¿cómo va a ser la nueva normalidad después de las vacunas?

Lo que hagamos tiene que estar basado en la evidencia científica, en el asesoramiento de los científicos. Es muy importante ser conscientes de que el proceso de vacunación no será masivo de forma inmediata, tendremos que hacerlo pautadamente. Lo hemos definido con los criterios que marca la UE, con el asesoramiento de expertos en bioética y también expertos científicos, y lo que tienen que saber los ciudadanos es que la equidad está garantizada, y una cosa muy importante, la seguridad. La seguridad de la vacuna. Los procesos de validación de las vacunas por parte de la Agencia Europea de Medicamentos y por parte de la Agencia Española de Medicamentos garantizarán que las vacunas serán absolutamente seguras para el conjunto de la población.

Las encuestas hacen una valoración positiva del Gobierno pero hay una cifra que preocupa, el número total de muertos en España y el número relativo es muy superior a la media europea. ¿Qué se ha hecho mal?

La pandemia atacó a aquellos países que somos hubs internacionales de viajeros. Nosotros tenemos una gran potencialidad. Esta gran fortaleza se ha convertido en una puerta de entrada del virus. Para que se haga usted una idea, en el mes de marzo, solamente del norte de Italia a España, llegaban 70 vuelos diarios. Hemos sido objeto, tanto Barcelona como Madrid, de una pandemia que vino a través de esos vuelos internacionales. Con todo, el sistema nacional de salud ha resistido, ha sido capaz de ofrecer con eficacia y con equidad una respuesta acorde con la envergadura del desafío que teníamos por delante. ¿Cuáles son las lecciones que tenemos que sacar? Europa necesita una cierta autonomía estratégica respecto a unos materiales de los que careció en la primera ola y que, evidentemente, hicieron que esa letalidad pudiera ser mayor: EPIS, respiradores, etc… Otro de los elementos fundamentales que tenemos que extraer de esta pandemia es que tenemos que reforzar mucho más nuestra atención primaria. El sistema nacional de salud ha focalizado muchos de sus recursos en el sistema hospitalario, no digo que esté mal, pero la gran lección que tenemos que sacar es que tenemos que mejorar nuestra atención primaria.

Después de la revocación del tercer grado a los presos del procés, ¿Cuál es la receta de Pedro Sánchez para Catalunya?

La receta es el reencuentro, creo que es muy importante lo que ha ocurrido este mes de diciembre, con la aprobación de los Presupuestos. Desde el punto de vista material, estos presupuestos reconstruyen muchos puentes rotos durante los años de crisis y también de políticas conservadoras. Desde el punto de vista del reencuentro emocional, creo que hay una cosa fundamental y es que la vía unilateral en Catalunya ha fracasado y no tiene futuro. Espero que el próximo 14 de febrero, cuando se produzcan las elecciones en Catalunya, haya una reivindicación de abrir una nueva etapa en Catalunya y de apostar de una manera definitiva por el reencuentro a través del diálogo. Ese es el planteamiento que va a hacer en este caso el Partido Socialista. Desde el punto de vista del Gobierno, queremos superar estas heridas. El Gobierno de España dará los pasos que tenga que dar de acuerdo con la Constitución, de acuerdo con la legalidad democrática en favor de ese reencuentro y de esa reconciliación. Pero evidentemente los plazos, los tiempos, no los marca el Gobierno, se marcan en este caso por parte de la justicia.

Algunos, como la reforma del delito de sedición, sí que los puede marcar.

Es verdad, pero también es verdad que ha tenido que hacer frente a una pandemia, no es sencillo. ¿Qué es lo que hemos dicho? Una vez se produjo lo que se produjo en Catalunya, y el desafío que suposo para la integridad territorial de nuestro país, España vio que su código penal era un código penal que no estaba acorde en los delitos a lo que es homologable en el resto de países europeos, o al menos los más avanzados. Cuándo se hará? Le puedo garantizar que más pronto que tarde va a ver la luz este proyecto de ley. Este es uno de los compromisos que he asumido en primera persona, para con la sociedad española y para con la sociedad catalana. Y otros debates en este caso los indultos, dejemos primero trabajar a la Justicia.

¿El acuerdo con ERC puede ser recíproco según cuales sean los resultados?

A partir del 14 de febrero, después de todo lo que ha ocurrido y de la situación tan dramática que se ha vivido, lo importantes es que todos aprendamos de nuestros errores, todos hemos cometido errores. Los independentistas, nosotros también hemos cometido errores. Con unas consecuencias, digamos, de quiebra emocional, que vamos a tardar todavía tiempo en restaurar. Lo que le puedo trasladar es que en lo que a mi respecta, como presidente del Gobierno , en este asunto desde luego vamos a apostar por el diálogo, la concordia y la reconciliación.

Después de la revocación del tercer grado a los presos del ‘procés’, ¿cuál es la receta de Pedro Sánchez para Catalunya?

La receta es el reencuentro. Creo que es muy importante lo que ha ocurrido este mes de diciembre, con la aprobación de los Presupuestos. Desde el punto de vista material, estos Presupuestos reconstruyen muchos puentes rotos durante los años de crisis y también de políticas conservadoras. Desde el punto de vista del reencuentro emocional, creo que hay una cosa fundamental y es que la vía unilateral en Catalunya ha fracasado y no tiene futuro. Espero que el próximo 14 de febrero, cuando se produzcan las elecciones en Catalunya, haya una reivindicación de abrir una nueva etapa en Catalunya y de apostar de una manera definitiva por el reencuentro a través del diálogo. Ese es el planteamiento que va a hacer en este caso el Partido Socialista. Desde el punto de vista del Gobierno, queremos superar estas heridas. El Gobierno de España dará los pasos que tenga que dar de acuerdo con la Constitución, de acuerdo con la legalidad democrática a favor de ese reencuentro y de esa reconciliación. Pero, evidentemente, los plazos, los tiempos, no los marca el Gobierno, se marcan en este caso por parte de la justicia.

Algunos, como la reforma del delito de sedición, sí que los puede marcar.

Es verdad, pero también es verdad que hemos tenido que hacer frente a una pandemia. No es sencillo. ¿Qué es lo que hemos dicho? Una vez se produjo lo que se produjo en Catalunya, y el desafío que suposo para la integridad territorial de nuestro país, España vio que su Código Penal era un Código Penal que no estaba acorde en los delitos a lo que es homologable con el resto de países europeos, o al menos los más avanzados. ¿Cuándo se hará? Le puedo garantizar que más pronto que tarde va a ver la luz este proyecto de ley. Este es uno de los compromisos que he asumido en primera persona, para con la sociedad española y para con la sociedad catalana. Y para otros debates, en este caso, los indultos, dejemos primero trabajar a la justicia.

¿El acuerdo con ERC puede ser recíproco según cuales sean los resultados?

A partir del 14 de febrero, después de todo lo que ha ocurrido y de la situación tan dramática que se ha vivido, lo importante es que todos aprendamos de nuestros errores, todos hemos cometido errores. Los independentistas, nosotros también hemos cometido errores. Con unas consecuencias, digamos, de quiebra emocional, que vamos a tardar todavía tiempo en restaurar. Lo que le puedo trasladar es que, en lo que a mí respecta, como presidente del Gobierno, en este asunto, desde luego, vamos a apostar por el diálogo, la concordia y la reconciliación.