Medio centenar de personas quisieron expresar ayer su «duelo» a través de una marcha por las vías afectadas por las obras de eliminación de parte del empedrado centenario del casco histórico de Mazo, bajo el lema de «el pueblo llorará la agonía de sus calzadas». Los concentrados pidieron a los vecinos que recorrieran las «históricas piedras y dejaran una flor en señal de despedida, honrando así su memoria con la última alfombra». Las personas que acudieron a la cita recorrieron las calles del casco urbano de Villa de Mazo hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento, donde bajo las consignas de «calzadas sí, aceras no» y «alcaldesa escucha, Mazo está en la lucha» reivindicaron la paralización de las obras. Allí guardaron un respetuoso minuto de silencio como señal de protesta, para continuar su marcha hasta la conocida como calzada de La Rosa, donde habitualmente este barrio ejecuta la alfombra y arco para la celebración del Corpus Christi.

Es en ese lugar donde los manifestantes dejaron las flores que portaban elaborando una alfombra improvisada como señal de recuerdo a la que algunos de los participantes de la marcha señalaron que «nunca volverá a ser igual».

Entre ellos, familias enteras, en las que los más pequeños no entendían muy bien en qué consistía la protesta, pero a quienes los mayores y avezados artesanos de este arte efímero se encargaron de explicar el significado de la fiesta del Corpus, el trabajo de meses que supone la recolección de los materiales y, sobre todo, como podría afectar estas obras de unas aceras al desarrollo futuro de la misma.