La Palma celebró ayer la onomástica de su patrona, que congregó en torno a su Real Santuario un goteo incesante de peregrinos que acudieron a honrar a la Virgen de Las Nieves. Ni la fina lluvia del amanecer ni las recomendaciones de no peregrinar al Real Santuario de Nuestra Señora de Las Nieves el día de su onomástica pudieron evitar que desde la víspera miles de personas siguieran recorriendo los caminos reales hasta llegar a la ermita del monte donde se venera a la Patrona de La Palma.

Desde el barranco del Río o el de Las Nieves, por Velhoco o desde La Dehesa llegaron peregrinos a cumplir sus promesas. Familias enteras que a pie, en vehículo o en transporte público no quisieron dejar pasar, a pesar de la pandemia, la oportunidad de mostrar su cariño y devoción a la Patrona palmera. Son de todos los municipios de la Isla, pero también muchos palmeros que residen habitualmente fuera de la Isla y que no pierden oportunidad, en estas fechas vacacionales, de volver para estar junto a una referencia religiosa, cultural y social: la Virgen de Las Nieves.

La jornada tuvo su máxima solemnidad en la eucaristía celebrada al mediodía, con restricciones incluso en el protocolo de autoridades. Hubo una pequeña representación política para dejar espacio a los fieles en el templo. La misa estuvo presidida por el obispo de la provincia, el palmero Bernardo Álvarez. Y es que, por segundo año consecutivo y después de la Virgen, el protagonismo lo siguieron copando las restricciones sanitarias que obligan a regular la visita al Santuario y el aforo del templo, contabilizado en 45 personas, por lo que previamente se repartieron invitaciones a cada una de las eucaristías de las dos jornadas.

Los peregrinos cumplen con la Patrona palmera

Ni la covid evitó las visitas

Pero ni la petición de las autoridades civiles y del propio clero para evitar las peregrinaciones en esta jornada tuvieron todo el resultado deseado, proponiendo que se pospongan sus visitas de manera escalonada al resto de fechas del mes de agosto, en las que se seguirán celebrando las tradicionales novenas, eso sí, sin la habitual procesión de la Virgen de Las Nieves alrededor del templo.

El civismo de los peregrinos

El civismo de todos los peregrinos posibilitó que el desarrollo de las visitas al templo y a la patrona palmera fuera ordenado. Supervisaron todo el operativo los Custodios de La Virgen, grupo encargado de todo lo que tiene que ver con la venerada imagen y que en estos tiempos de pandemia están también colaborando en la regulación de los accesos en las grandes citas litúrgicas. Y así, se desarrolló una jornada en la que se invitó a mirar a María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Las Nieves, como un consuelo a la actual situación sanitaria de La Palma, y para la que todos los sacerdotes que oficiaron las distintas misas pidieron a los presentes «una transformación interior» para «convertir la actitud en traje de gala, y aunque no se eliminen los problemas actuales, ayudar a transformar las situaciones y mirarlas de otra manera para avanzar como sociedad».

La ermita del monte

Los peregrinos fueron a la ermita del monte por diversos motivos, desde la tradición a rendir agradecimiento por la ayuda divina recibida en una curación, un parto o unos exámenes, a los que simplemente acuden al culto. Fieles de todas las edades y condición, parejas y familias al completo ven en el 5 de agosto y en el camino hacia Las Nieves la oportunidad de cumplir con una tradición con la que ni la pandemia ni el actual nivel 3 de alerta sanitaria en la Isla puede retener.

Si el año pasado, en el inicio de la pandemia, fueron los catorce ayuntamientos palmeros los que hicieron su ofrenda y posterior izado de banderas de cada uno de los municipios, para este año, inmersos en el Año Josefino y de la Familia, cada celebración litúrgica acogió la ofrenda-oración que una familia realizó en representación de cada localidad, en la que, junto a un sencillo ramo de flores, también se entregaron aportaciones económicas a Cáritas para hacérselas llegar a las familias más necesitadas.

Y todo ello con una petición clara a la Patrona de La Palma, a la que además de protección se le solicitó que «sostenga a las familias para que sean espacios de encuentro, modelo de diálogo y artesanas de unidad en la diversidad». Peticiones en las que además también estuvo presente un mensaje para la clase política y empresarial, a la que las familias les pidieron un esfuerzo por hacer de la Isla una sociedad «más justa, libre, habitable y humana». Actuó como maestro de ceremonias el rector del Santuario, Antonio Hernández, quien recordó a los feligreses que en 2020 solo se celebró la eucaristía, por lo que «hoy hemos querido que cada pueblo pueda recuperar la celebración con su ofrenda».

Los peregrinos cumplen con la Patrona palmera

Las parroquias de la capital

La celebración central de la jornada, dedicada a las parroquias de la capital palmera, contó con la participación de prácticamente toda la curia de la Isla, además del obispo de la Diócesis Nivariense. En la solemne eucaristía, cantada por la Camerata Palmera, Bernardo Álvarez recordó la condición de aprender a afrontar las adversidades y dificultades de cada individuo, postulando como ejemplo a María de Las Nieves, que «actuó con paciencia y dejó a un lado la incomprensión para crecer como persona y sociedad».

Además, el obispo ofreció el corazón de los fieles para «tomar decisiones y amar siguiendo la voluntad de Dios», convirtiéndose en «instrumentos de la Virgen y actuando a través de la guía que ofrece Jesucristo», recalcó en sus palabras dirigidas a los presentes. Las condiciones de aforo hicieron que más que nunca se redujera también la habitual presencia de los representantes públicos civiles y militares, contando tan solo con la asistencia del presidente del Cabildo, Mariano Hernández Zapata, y el alcalde anfitrión de Santa Cruz de La Palma, Juan José Cabrera, a quienes acompañaron el delegado del Gobierno en Canarias, el palmero Anselmo Pestana; la consejera regional de Agricultura, Alicia Vanoostende; la diputada regional, Nieves Lady Barreto; y el vicepresidente insular, José Adrián Hernández Montoya.

Fue una celebración distinta a la del año pasado, que se celebró fuera del templo usando la mayor capacidad de la plaza exterior, como recordó Hernández Zapata, quien destacó que ese Día de Las Nieves aprovechó para pedirle a la Virgen que «nos ayudara a superar lo antes posible la pandemia», lo que «no ha podido ser», continuó, para añadir que «seguimos inmersos en esta pandemia». Aun así, quiso aprovechar la celebración de ayer para dar gracias por el descenso de las cifras de desempleo en la Isla, que se han reducido en más de 600 personas, y que calificó como «una grandísima noticia».

Los peregrinos cumplen con la Patrona palmera

Un día para «ser agradecido»

Recordó el presidente insular, Hernández Zapata, que el 5 de agosto es «un día para ser agradecido y rezar por los que ya no están porque han fallecido», y también «para estar cerca de las familias», verdaderas protagonistas de esta celebración de este Día de Las Nieves. «Es momento para recordar y dar gracias por todo lo bueno que hemos tenido este año», aprovechando una celebración de la que, en este año, dijo, «ha quedado claro y patente, aunque más tímidamente, que es referencia en la Isla» homenajeando a «nuestra patrona insular y a la que todos queremos».

Por último, terminó con un deseo seguramente compartido por toda la ciudadanía palmera, aspirando a que «el año que viene podamos celebrarlo de la manera que estamos acostumbrados».