El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) investiga unas obras realizadas por la empresa Tragsa y destinadas a empedrar un tramo del camino real GR-131 en el municipio de Tijarafe por la destrucción de una estación de grabados rupestres de antiguos benahoaritas (primeros pobladores de La Palma) y el uso de las piezas en el pavimentado del sendero. La denuncia contra estas obras, promovidas por el Cabildo de La Palma, partió de la Asociación Garehagua Auaritas y el propio alcalde de Tijarafe, el también arqueólogo Marcos Lorenzo, sobre la intervención en la estación rupestre de Pinos Gachos. El episodio subraya la importancia de proteger el patrimonio arqueológico, la memoria de los antepasados canarios y una parte importante de la identidad canaria.

El historiador y director de la revista especializada Iruene, Miguel Ángel Martín, lamenta que más de mil años de presencia de estos petroglifos benahoaritas se vean afectados por un "solo y fatídico instante". Por su parte, Marcos Lorenzo destaca que el yacimiento estaba conformado por "un importante amontonamiento de piedras con grabados prehispánicos", que fueron "extraídos y partidos en lajas para su posterior colocación en el empedrado del camino, así como en las paredes".

Lorenzo calificó la acción como "un verdadero atentado arqueológico" y anunció que el Ayuntamiento de Tijarafe presentará la correspondiente denuncia que ya está siendo investigada por el Seprona. Los grabados meandriformes realizados en roca están afectados por el efecto del golpe de los martillos de pedreros, así como el vaciado del amontonamiento y los restos de piedras partidas, propios de la acción del trabajo de preparación de las rocas para la obra.

Daño "irreparable"

El propio alcalde señala que en el sendero se pueden ver piedras con grabados colocadas en el empedrado, así como en los muros. Incluso se abrió un camino de acceso al yacimiento, cortando la vegetación de codesos, y hasta una carretilla y otras herramientas olvidadas en el lugar siguen allí.Marcos Lorenzo considera que "el daño es irreparable" y añade que sólo espera y desea que "este tristísimo episodio sirva para crear conciencia y no se vuelvan a repetir estos hechos jamás".

Un lugar sagrado

Miguel Ángel Martín destaca que la elección de este lugar de cumbre que "se asoma a lo más profundo de Taburiente y divisa sus pronunciadas y altivas montañas", no es aleatoria. Los benahoaritas la eligieron por unas condiciones naturales "particularmente favorables a la manifestación de lo sagrado".

El entorno desvela las huellas de los antiguos pobladores de La Palma, desvelando la existencia de varios conjuntos de estaciones rupestres. Para Miguel Ángel Martin, la parte principal de todas ellas es el grupo afectado por las obras. Se encuentra sobre un promontorio rocoso de lajas propio de un dique, contiene unos nueve petroglifos de tipología meandriforme y espiraliforme, algunos de ellos de grandes dimensiones, realizados con técnica de picado superficial por la dureza de la roca, tanto grueso como fino. Dos de los petroglifos ya estaban seccionados desde su descubrimiento en 1991, según se desprende del informe realizado por el actual inspector insular de Patrimonio, Jorge Pais.

Se pueden recolocar

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma, María Rodríguez Acosta, lamentó el daño ocasionado en el yacimiento arqueológico de Pinos Gachos y destacó que desde su departamento, con la colaboración de la Inspección de Patrimonio, se ha puesto en marcha una investigación sobre lo ocurrido. Dejó claro que "vamos a llegar al fondo de este asunto, no solo para conocer en profundidad los hechos y depurar responsabilidades, si fuera necesario, sino también con el objetivo de seguir mejorando en futuras actuaciones".

A falta de un informe definitivo y en profundidad sobre el alcance de los daños, Rodríguez destacó que el inspector de Patrimonio informó que "los grabados están todos, no se destruyó ninguno, y ha aparecido uno que no se conocía". "De los que se colocaron en el camino, de uno de ellos no se tenía constancia, y el otro sí fue extraído y trasladado de la estación, pero se puede devolver al lugar de origen o, incluso, llevarlo al Museo Arqueológico" añadió. También informó que mantuvo una reunión con los responsables de Tragsa para abordar esta circunstancia, "en la que hemos encontrado colaboración para conocer lo que sucedió en este lamentable episodio sobre nuestro patrimonio", concluyó.