Las primeras jornadas de entrenamiento de perros de esta temporada caza en La Palma hacen resurgir un viejo conflicto y el enfrentamiento entre cazadores, en las que se ven inmersos vecinos de la Villa de Garafía que sufren año tras año los daños ocasionados en sus huertas y corrales, con la pérdida de producciones frutales y la muerte de animales.

Previo a que se inicie la veda de caza en la isla de La Palma, que en este curso será el próximo 2 de agosto, se estipula un periodo de tiempo de entrenamiento y adiestramiento para las cuadrillas caninas que la gran mayoría de cazadores utilizan en sus jornadas de cacería. A pesar de que las zonas estipuladas para la realización de esta actividad están estipuladas y marcadas sobre el terreno, es habitual que desaprensivos que practican este deporte abandonen ese terreno estipulado y se adentren en propiedades privadas, muchas veces dejando a sus perros sin control, los que ocasionan la muerte de ovejas, cabras o gallinas.

Saqueo de frutas y verduras

A los daños en los animales de granja hay que sumar el saqueo de frutales y huertas, ya habitual también los días de cacería y de entrenamiento de perros. Hartos de esta circunstancia, vecinos y otros cazadores respetuosos con el medio ambiente y la propiedad privada iniciaron la búsqueda y denuncia de aquellos que incumplen la normativa y generan esta mala imagen para quienes practican este deporte. Esta circunstancia se repite casi cada día desde que se inició ese periodo de adiestramiento de los perros. Personas, que solas o en grupo, acompañados por una jauría de perros cazadores, se adentran en las proximidades de muchos domicilios sin pudor ni reparo por los daños que causan y el temor entre los vecinos de la zona.

Estos particulares recaman mayor seguimiento de las autoridades para el control de las zonas afectadas durante las jornadas de entrenamiento o de caza, así como que se cumplan las sanciones y se retire la licencia de caza a aquellos supuestos cazadores que acumulan más de un centenar de infracciones. La gran mayoría de estos infractores son cazadores reincidentes que fueron identificados con anterioridad, pero al no encontrar sanción por sus actividades ilegales se refuerzan en ellas y continúan cometiendo las mismas acciones. Ante esta situación, que se repite año tras año, reunidos de urgencia representantes de la Consejería de Medio Ambiente, Guardia Civil, la Policía Local de Garafía y la Federación Insular de Caza, acordaron reforzar la coordinación para el control de las prácticas irregulares en la caza y combatir los daños que están causando en propiedades y bienes de los vecinos del municipio norteño.

Tras conocerse los hechos denunciados en el inicio de esta temporada se deciden a intervenir para intentar solucionar esta problemática que, además de causar perjuicios a vecinos garafianos, perjudican la imagen de un sector, como el de la caza, que se ve afectado por las malas prácticas de una exigua minoría.

Que no se vuelva a repetir

A través de la coordinación entre administraciones, con agentes policiales, de Medio Ambiente y los guardas de caza, esperan lograr que no vuelvan a repetirse estos hechos. Desde la Federación de Caza de la isla de La Palma expresan su satisfacción por estas acciones de vigilancia y control, ya que se muestran "cansados" de que "se meta a todos los cazadores en el mismo saco", considerándola "una buena noticia para los cazadores federados".