Los palmeros y palmeras cumplen su cuarto día de aislamiento dictado por el Real Decreto del estado de alarma con la buena noticia de que en las últimas 72 horas no se han sumado nuevos casos de infectados por coronavirus en la Isla. Cinco pacientes se mantienen bajo vigilancia médica y obligan al resto de habitantes de esta Isla a seguir las estrictas normas marcadas y fiscalizadas por las fuerzas de seguridad.

La Palma resiste al Covid-19, pero no se debe bajar la guardia, al menos hasta que pasadas unas semanas pueda darse por prácticamente erradicada esta toxina del Archipiélago. Este territorio no es distinto a cualquier otro de Canarias. Los supermercados, farmacias y gasolineras siguen abriendo sus puertas. Hasta ellos se siguen acercando muchas personas para conseguir estos productos de primera necesidad.

Afortunadamente, y es generalizado entre quienes se atreven a salir a la calle, predomina la toma de medidas de seguridad y la consciencia de luchar contra el virus. Se respetan las distancias entre personas y son pocos los casos, aunque sí existen al menos una decena de expedientes abiertos, en los que las policías locales, policía nacional o guardia civil han tenido que intervenir y sancionar a quienes no han entendido la crudeza de la situación. Han sido las zonas turísticas de Los Cancajos, Puerto de Naos y la costa de Tazacorte donde se ha precisado un mayor número de intervenciones.

Lourdes Pérez es ama de casa y vive con un hijo de 30 años, de quien afirma que "tiene más miedo que yo". Dice no haber vivido una situación como esta en sus 52 años y reconoce tener miedo, pero afirma que "aunque nos pidan que nos quedemos en casa tengo que salir". Este martes fue la primera vez que lo hizo desde el pasado viernes, pero es que "en casa somos dos y la nevera ya está vacía".

Decidió hacerlo después de comprobar que las aglomeraciones en los supermercados han remitido, "y por eso he esperado a que estén las cosas un poco más tranquilas. Me llevaré cosas para al menos una semana".

Gasolineras. Ángel Nazco trabaja en una gasolinera, uno de los bienes de interés y primera necesidad que están protegidos por el real decreto de alerta. "La verdad que en estos días no es mucho el trabajo a realizar", ya que "si antes atendía a 50 o 60 personas por hora, en estos días apenas son cuatro o cinco", incidiendo además en que "incluso muchos vienen a comprar el periódico o tabaco, no a poner gasolina".

Con las gasolineras no ha pasado lo mismo que con las tiendas de alimentación: no se han registrado avalanchas de clientes, lo que facilita las medidas de precaución. Ángel nos atiende con sus guantes puestos, guardando la distancia de seguridad e incide en que en la tienda solo pueden entrar dos personas a la vez. Aun así, tiene claro que "en casa estaría mejor, pero vengo a trabajar sin miedo, porque si se siguen las directrices no va a pasar nada".

Las farmacias. Las farmacias, al igual que los supermercados, han sufrido en estos últimos días una avalancha continua de clientes. Pero muy al contrario de los establecimientos de alimentación, estos han vivido el desabastecimiento de los principales productos que buscan los pacientes.

Marcelo Rodríguez, propietario de la farmacia de Puntallana, destaca que "lo primero que se agotó fueron las mascarillas, después los geles hidroalcohólicos, después el alcohol para desinfectar e incluso la glicerina para fabricar en casa geles hidroalcohólicos". Las cadenas de distribución no están funcionando todo lo rápido que las farmacias requieren, y, aunque "hemos ido consiguiendo algún gel suelto, no conseguimos mascarillas ni alcohol".

Más grave puede ser la falta de paracetamol, que, "aunque no es preocupante porque tenemos alternativas", puede convertirse en un verdadero problema.

En la farmacia han puesto todas las medidas necesarias, desde aumentar la distancia del paciente "para garantizar su seguridad y la nuestra", a desinfectar el mostrador cada hora. Además, destaca que, "aunque la gente está nerviosa, afortunadamente no está histérica. Está respetando la distancia de seguridad e incluso entran dos o tres personas a la farmacia y el resto espera fuera para poder acceder".

Los distintos ayuntamientos de la Isla han comenzado a tomar medidas para proteger a sus trabajadores y posibilitar ayudas a las pequeñas y medianas empresas, así como a los trabajadores autónomos, principal motor de la economía y generadores de empleo en La Palma.

Cobro de tributos. Desde la paralización del cobro de tributos a la instrumentación de partidas presupuestarias, así como cambios en los horarios mínimos y programación de los turnos de los trabajadores públicos.

Entre esas medidas, la establecida por el consistorio capitalino para proteger a los vendedores y usuarios del mercado municipal de abasto frente al coronavirus. De este modo se ha procedido a la reducción del horario desde las 7:00 a las 13:00 horas, acotando las zonas de venta para que la clientela guarde las distancias mínimas que se han establecido mientras dure la crisis sanitaria.

También, Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane han decidido dejar sin efecto la zona azul, lo que permite a los clientes de las zonas comerciales encontrar aparcamientos más cerca del lugar de destino.