La vendimia de 2019 se ha desplomado por la sequía que sufre la Isla, con una recolección de uvas que apenas llega al 50% de la campaña del año pasado, según ha informado el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos La Palma.

En los dos meses que duró la vendimia no se llegó a los 650.000 kilos de uva, de los cuales el 51% correspondió a variedades tintas, frente al 49% de blancas. En 2018 se recolectaron cerca de 1.300.000 kilos. Se han recolectado un total de 21 variedades diferentes, entre las que se encuentran como mayoritarias la Listán blanco seguida de la Negramoll, el Albillo, el Almuñeco, el Listán Prieto, el Vijariego negro y la Castellana.

Habría que remontarse hasta el año 2007 para recordar una vendimia con tan baja producción. Aquel año se cerró con 563.000 kilos aproximadamente.

Desde el Consejo Regulador se apunta que "el clima ha marcado la producción. Invierno seco y cálido seguido de una primavera muy cálida y seca, y ola de calor a mitad de agosto, a lo que se unió el escaso nacimiento de racimos, lo que ha provocado la merma tan importante que hemos tenido en las producciones de este año".

Los rendimientos por hectárea han sido tan bajos que el Consejo Regulador está trabajando junto con la administración para que aquellos viticultores que no han llegado al mínimo de producción (400 kilos/hectárea), puedan cobrar puntualmente en esta campaña la ayuda al mantenimiento del viñedo. La idea es que no se acaben por abandonar aún más los cultivos.

Así mismo, los representantes de los viticultores permanecen en contacto con la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias para que se pongan en marcha las gestiones de cara a favorecer bonificaciones a la Seguridad Social, a las que puedan acogerse agricultores, autónomos, bodegas e incluso el propio Consejero Regulador, así como posibles exenciones fiscales, debido a las pérdidas tan grandes que la falta de uva supone para este subsector.