Los comerciantes del último tramo de la calle Pérez de Brito y de La Alameda, en Santa Cruz de La Palma, han decidido protestar de una manera original contra el retraso que sufren las obras de la Zona Comercial Abierta, que siguen sin ajustarse a los plazos establecidos.

La protesta, en la que incluso han invertido recursos económicos con la contratación de cuñas de radio para darle mayor difusión, consiste en una fiesta, con paella, música y talleres infantiles, que tendrá lugar el día 29 de junio para celebrar "el fin de obra", aunque en realidad "no esté terminada". Es más, no es sencillo aventurar cuándo la vía podrá ser utilizada con normalidad.

La fecha de la protesta no ha sido elegida al azar. Al contrario, en una reunión celebrada en el Cabildo de La Palma en el mes de abril, la contrata de la obra asumió el firme compromiso ante empresarios y vecinos de la zona de que los trabajos estarían finalizados el 28 de junio, por lo que la fiesta ha sido convocada un día más tarde, cuando ya es evidente que no estará culminada.

La actuación tenía que haber acabado hace meses, pero la empresa adjudicataria, y junto a ella la subcontrata, no se ha ajustado ni al primer compromiso inicial ni tan siquiera al nuevo plazo, a pesar de que desde el Cabildo de La Palma se han mantenido los encuentros oportunos para solicitar un ritmo de ejecución más elevado, con la contratación incluso de más operarios.

Los comercios quieren al menos mostrar su repulsa de forma original y, de camino, que los potenciales clientes no se olviden de sus establecimientos, que en estos meses de obra han sufrido un descenso vertiginoso en el número de ventas.

Además de las posibles responsabilidades de la contrata, que analizando el devenir de la obra todo sugiere que las tiene, es justo destacar que durante la ejecución de los trabajos se han acumulado una serie de contratiempos con los que no se contaba antes de levantar la calle, sobre todo la aparición de cables de baja y alta tensión que se encontraban soterrados en diferentes tramos y que no estaban registrados en la ordenación de servicios municipales, lo que obligó a una paralización en algunas vías; además de sufrir problemas de saneamiento.

Los disgustos empresariales, y también vecinales, en Santa Cruz de La Palma no acaban con la obra en La Alameda y calles cercanas. Al contrario, también hay preocupación por los ritmos de los trabajos y los cambios de criterio en la obra de la Avenida Marítima, que pese a los anuncios no se ha cerrado al tráfico, un paso que se entiende indispensable para que la actuación acabe antes de que comience la campaña comercial de Navidad.

Ante las quejas y las dudas que se han generado, el Cabildo ha convocado una reunión para hoy jueves, a partir de las nueve de la mañana, con la presencia de representantes políticos, asociaciones de empresarios y de responsables de la obra.