I maginación les sobra, lo que faltan son manos. Los mayos, creados originariamente para custodiar a las cruces y que en la zona de Pescadores de Santa Cruz de La Palma tienen su 'vida' propia, quisieron ayer hacer un homenaje a las fiestas más importantes que se celebran en la Isla, en una muestra creativa sin parangón.

La calle del Tanque, Pescadores o los mayos de Marisa se acordaron de la Bajada, la Batalla de Lepanto, la Fiesta del Diablo... qué ha ocurrido con el Velachero. Hace unos años, quizás tres, desaparecieron y se les extraña. Para qué mentir, la subida se hace escasa sin ellos. Sus representaciones deportivas quedan en el recurso. Al otro extremo de la ciudad, la Luz se ha unido a la tradición, aunque falta cariño municipal y una mayor colaboración económica para no perderlos.