La calle Tabares de Cala, en pleno casco histórico de La Laguna, volvió a abrir ayer al tráfico después de meses de obras, primero, y de un ensayo para determinar si era viable su cierre a la circulación de vehículos, posteriormente. La decisión de que los coches regresen a esta céntrica vía se produce tras los análisis técnicos que se han venido realizando en las últimas fechas, según explicó el concejal de Obras e Infraestructuras, Andrés Raya.

Desde esta área recordaron que se trata de un proyecto que procedía del anterior mandato, aprobado en mayo de 2018, adjudicado por unos 166.000 euros en julio del pasado año y cuyas actuaciones comenzaron finalmente en septiembre. Fueron culminadas el 16 de diciembre y se firmó su acta de recepción el 20 de enero. En concreto, con estas se buscaba la reparación del adoquinado de esta importante arteria que atraviesa la ciudad antigua, que había sufrido hundimientos, roturas y desplazamientos debido al tráfico.

Precisamente para evitar que se repitiese eso último, se analizó la viabilidad de peatonalizar y limitar la circulación rodada. "Para cumplir con esta propuesta de obtener información, paso previo a la toma de decisiones, desde el área de Obras e Infraestructuras se convocó un grupo de trabajo con personal técnico de concejalías", detalló el edil socialista. El proceso de reuniones se dio por concluido el miércoles, cuando los técnicos presentaron a los concejales del equipo de gobierno un informe con sus determinaciones.

Según los datos de la Unidad de Apoyo Técnico del Área de Seguridad Ciudadana y Movilidad, el cierre de la calle Tabares de Cala -en su confluencia con Anchieta- conllevó que los automóviles se desviaran principalmente hacia las calles Lucas Vega y San Antonio para dirigirse hacia la autopista del Norte (TF-5), así como a Marqués de Celada para ir hacia San Lázaro. Otro itinerario habitual fue el de aquellos conductores que tomaron la Vía de Ronda desde la zona del Cristo. Cuantitativamente, la estación de toma de datos ubicada en Marqués de Celada recogió que la Intensidad Media Diaria (IMD) de octubre -4.945 vehículos- se incrementó en noviembre hasta los 5.832. Otro factor es que tuvo que modificarse el recorrido de las líneas 204, 271, 274 y 275, pertenecientes al servicio urbano de Titsa, lo que, a su vez, supuso la eliminación de las paradas habilitadas en la plaza del Cristo y la calle Tabares de Cala.

"Ante estas realidades y los datos y propuestas que el personal técnico de las diversas áreas del Ayuntamiento trasladaron a los concejales del equipo de gobierno, se ha decidido reabrir al tráfico de vehículos a motor a la calle Tabares de Cala", expusieron desde Obras e Infraestructuras. Ahora bien, la opción de una futura peatonalización no queda completamente descartada. Y es que desde esta concejalía añadieron que se reabre "hasta tanto se analicen e implementen alternativas respecto a las vías y circulación de vehículos que puedan ser afectadas por la restricción de tráfico y peatonalización".

También indicaron que, "mientras que se afronte la situación de la futura peatonalización de la calle Tabares de Cala, en el ámbito del conjunto histórico se seguirán realizando actuaciones para mejorar la calidad de vida y bienestar, la seguridad, la movilidad, el comercio local, la sostenibilidad y el medio ambiente".