Una de las sociedades vinculadas al empresario y abogado lagunero Evaristo González Reyes llevaba más de 22 años sin pagar las cotizaciones de sus trabajadores cuando en el 2010 desde Inspección de Trabajo y la Seguridad Social varios funcionarios empezaron la búsqueda de datos sobre el funcionamiento de algunas mercantiles vinculadas a locales de ocio nocturno y restauración del casco de La Laguna. En julio del 2011, un informe de la subdirectora provincial de Inspección de la Seguridad Social para la Policía Nacional cifró en 1.614.000 euros la deuda que González mantenía con dicho organismo. Un subinspector de empleo declaró ayer que elaboró informes sobre estos asuntos. Gracias a su labor, la Policía Nacional supo en la operación Corredor que una de las empresas vinculadas al principal investigado dejó de pagar a la Seguridad 122.000 euros en el 2006 y otros 131.000 en el 2009.

Otra sociedad investigada era comercial Maitrella, cuyos responsables no acudieron a ninguna de las dos citas convocadas por Inspección de Trabajo para regularizar la situación de su personal. De hecho, desde el 2002 dejó de cotizar. La persona que figuraba como administrador único es uno de los acusados en la vista que se desarrolla estos días. El subinspector de Empleo trató de contactar con él por varias vías, como el correo o el fax. Ninguna de ellas surtió efecto. En una revisión de las bases de datos detectó que el citado procesado (administrador único de Maitrella) también figuraba como trabajador de una empresa de decoración de La Laguna. El funcionario se personó en la sede de dicha entidad y le comunicó por teléfono la posibilidad de regularizar la situación. Pero esta medida tampoco funcionó.

La cantidad adeudada a la Seguridad Social por otra de las mercantiles investigadas, comercial Osgozon, ascendía a más de 757.000 euros en el año 2007. Desde ella se controlaban locales como el pub Kapitel. González Reyes preguntó al subinspector de Empleo si sabía si una de sus empresa presentó la documentación requerida y la respuesta del funcionario fue que no lo sabía, pero que, en cualquier caso, nunca pagó el dinero que debía.