Servicios Municipales del Ayuntamiento de La Laguna prepara estos días la tala de hasta 70 ejemplares de palmera en todo el municipio afectadas con la fusariosis, una enfermedad letal causada por el hongo Fusarium oxysporum. La Concejalía ha detectado un total de 80 palmeras con sintomatología asociada a esta enfermedad fúngica. Los ejemplares que serán talados son 58 palmeras canarias (Phoenix canariensis), 11 de abanico (Washingtonia) y una datilera (Phoenix dactylifera) y están ubicados en diferentes zonas del municipio.

La fusariosis muestra una cierta prevalencia en las palmeras canarias del municipio. Es por ello que la Concejalía lagunera ha encontrado hasta una docena de ejemplares en estado de marchitez permanente. Las recomendaciones técnicas para los ejemplares que presentan esta enfermedad conllevan su eliminación mediante su tala y la disposición adecuada de sus restos en el vertedero para evitar la dispersión de la enfermedad a través de las esporas. Asimismo, es muy importante la profilaxis en las herramientas de corte para las labores de poda o tala.

La tala de estos 70 ejemplares provocará que no se puedan volver a plantar árboles de la misma especie en el lugar de los trabajos puesto que la fusariosis es un patógeno que persiste en suelo. En concreto, las palmeras afectadas se encuentran en la plaza de San Juan, en el enlace de Las Quinteras, en Finca España, Las Cañas, El Gramal, Cruz de Piedra, en el parque de la Constitución, el palmeral de Los Andenes, la avenida de Los Majuelos, en el parque Los Dragos, en la Escuela de Idiomas, en Mesa Mota, en la avenida Lora y Tamayo, en La Verdellada, la avenida Los Menceyes, La Manzanilla, en la calle Bartolomé Cairasco y en la urbanización Porlier. A pesar de que en un principio se detectaron 58 palmeras canarias con sintomatología asociada a esta enfermedad fúngica, finalmente se ha determinado que son 80 las unidades afectadas.

No obstante, la Concejalía recuerda que hasta el momento no se conoce un tratamiento eficaz para combatir esta enfermedad y el único medio posible para frenar su dispersión son las medidas preventivas, como usar material vegetal sano y evitar la inoculación cruzada mediante las herramientas de trabajo. Las palmeras afectadas por la fusariosis acaban muriendo, por lo que en el caso de los espacios públicos suponen un riesgo para la población; de ahí que se recomiende su tala incluso cuando la enfermedad no está muy avanzada para así evitar que pueda haber un contagio hacia palmeras próximas.

A pesar de la incidencia de este hongo en los árboles laguneros, esta plaga se ha intensificado en poco tiempo en toda Canarias en las palmeras que crecen en los jardines. Por otro lado, esta enfermedad igualmente ha sido diagnosticada en otros países donde se usa esta planta como ornamental como Australia, Francia, Grecia, Italia y Japón y Estados Unidos.

Con todo, no hay tratamiento conocido para esta enfermedad, que suele cursar como una enfermedad crónica. La Concejalía de Servicios Municipales destaca el alto valor que tiene una palmera canaria con varias décadas de vida -que incluso pueden llegar a ser centenarias- y lamenta la tendencia que existe a dejar el ejemplar enfermo en el sitio, con la esperanza de que se recupere. Sin embargo, esa medida lo único que logra es aumentar la probabilidad de que el patógeno afecte a otros ejemplares próximos.