El episodio de niebla que se produjo el pasado fin de semana en el aeropuerto Tenerife Norte -con más de mil personas afectadas- ha devuelto a la actualidad algunas preguntas que se repiten cada vez que se da un fenómeno de este tipo. Unos se plantean si no existe una solución que evite los desvíos, mientras que, entre quienes han seguido un poco más la búsqueda de soluciones, los hay que dirigen la mirada a las categorías avanzadas del sistema ILS. La respuesta a todo parece que está en una meteorología y vientos influidos por la orografía.

Fuentes oficiales de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) recordaron ayer que el aeródromo lagunero cuenta con la tecnología más alta para operar con baja visibilidad, pero que, tras las pruebas realizadas, se ha determinado que su uso no es posible por las características de la zona. Asimismo, apuntaron que actualmente no hay otra solución aparte del ILS -siglas de Instrument Landing System-, un apoyo para la aproximación aérea.

El mecanismo anterior se compone de un equipo en tierra que emite señales. Estas son procesadas por los aviones y se las muestran al piloto. Se trata de dos haces electrónicos: uno guía al avión en dirección a la pista y otro (la senda de planeo) es una ayuda vertical por la que el aparato va siguiendo un pasillo de descenso hacia la cabecera. Existen tres grandes categorías de ILS y, en la medida en que se disponga de una u otra, el aterrizaje puede producirse con una visibilidad menor.

¿Cuál es la situación de Los Rodeos? Según han venido explicando desde AENA en los últimos años, en 2008 se realizaron varios expedientes para la implantación de la categoría III. "Por parte de Aeropuertos, se mejoró el sistema de luces de aproximación, se desplazó el umbral con respecto a su posición anterior y se creó una superficie artificial para mejorar la señal del radioaltímetro", detallaron. "Por su parte, Navegación Aérea realizo los trámites oportunos para la publicación de CAT II/III", añadieron. Adicionalmente, se llevó a cabo una "sesión de identificación de riesgos" en la que no se llegó a detectar "ninguna amenaza relacionada con la señal del ILS asociada a CAT III".

El problema vino en 2009. "En abril de ese mismo año se degradó la operación ILS a CAT I, puesto que los pilotos reportaron numerosos problemas durante las maniobras de aproximación", indicaron acerca de unas contingencias que los profesionales atribuyeron a fluctuaciones en la señal. A partir de ahí, AENA realizó un vuelo de verificación con un avión laboratorio y constató que la señal era correcta, pero al mismo tiempo detectó "fuertes turbulencias".

Entre agosto y octubre de 2014 tuvieron lugar diez vuelos de prueba con aproximación en categoría II por parte de varias compañías. De ellos, solo uno logró completar la operación de forma automática, y todos refirieron turbulencias en la parte final de la aproximación. Así es que AENA concluyó que la CAT II/III no es posible "por fenómenos meteorológicos, turbulencias y cizalladura" en este aeropuerto, situado en La Laguna y que presenta una posición orográfica particular.

Las antenas de la 'senda de planeo', ¿el motivo?

El piloto jubilado Manuel Luis Ramos advierte, como posible motivo del problema con la señal, sobre las antenas de la denominada senda de planeo. "Si se pudiese dar de alta con eficiencia el sistema ILS CAT II/III, se evitarían la mayoría de los desvíos al aeropuerto del Sur, pues las limitaciones de este sistema tanto en altura como en visibilidad son inferiores a las existentes, permitiendo a las aeronaves descender hasta una altitud en la que siempre podrían completar el aterrizaje", comienza su explicación. "En la actualidad se cuenta con los medios técnicos para esas categorías, pero su fiabilidad no es buena, al producirse unas interferencias en la señal de la senda de planeo por debajo de unos 500 pies (160 metros sobre la elevación de la pista), al parecer ocasionadas por causas orográficas, debido a que el terreno próximo a la cabecera de pista va descendiendo, lo que hace que la señal pierda fiabilidad", agrega. Entiende el conocido aviador que, en su opinión, "estas deficiencias podrían corregirse desplazando las antenas de la senda de planeo unos pocos metros, siempre manteniendo los márgenes de localización establecidos". "Creo que esta posible solución no se ha contemplado por el momento, imputando las deficiencias a las turbulencias y los vientos. En otros aeropuertos con orografía similar, como por ejemplo el de Asturias, si se dispone de ILS CAT II/III", precisa.

Los desvíos por niebla, 'sonoros' pero aislados

La niebla -y con ella los desvíos- es un fenómeno que se produce especialmente entre los meses de junio y septiembre y que, pese a lo que parece, no es frecuente. Según los datos que aportaba AENA en 2018, la media de desvíos por causas meteorológicas en Tenerife Norte durante los últimos tres años (hasta ese momento) era del 0,4% sobre el total de operaciones.