Desde mitad del siglo pasado se localiza en la zona de la calle Robayna el Kiosco Moreno, un carrito que estuvo en el solar que hoy ocupa Galerías Laguna, así como en la parada de guaguas que se localizaba en Ángel Guimerá, donde hoy está la Sociedad de Desarrollo, para pasar de nuevo a Robayna, que, tras su pavimentación, quedó en el emplazamiento actual. La historia de este carrito arranca de la mano de Eufemia Cabrera, esposa de Pedro Moreno, un policía municipal de la época. Su hijo, del mismo nombre que continúa con el kiosco, recuerda que por aquella época el salario de un guardia y los medios eran tan escasos que… hasta su padre se tuvo que comprar una moto de segunda mano para realizar sus servicios.

Pedro Moreno recuerda la evolución de este carrito, que comenzó vendiendo revistas, periódicos, golosinas, y pone en valor la confianza y complicidad que mantiene con su clientela, lo que se traduce en que alguno abona los periódicos o revistas una vez al mes y luego se lo lleva a diario.

Destaca la importancia que supone para su kiosco la existencia de establecimientos comerciales, pues le garantiza la venta de los periódicos y revistas; “gracias a que esto es una zona muy comercial y por aquí pasa todo el mundo”. Atrás queda cuando la venta de los medios de comunicación o incluso del tabaco dejaba mayor margen de venta para estos puntos de venta; “antes se le ganaba hasta un 20 o 25 por ciento al cigarro, pero los márgenes se han ido reduciendo mucho, hasta el 7 o 8 por ciento actuales”, precisa.

Secretario también de la Asociación de Empresarios del Kiosco, Pedro Moreno admite que un comercio de estas características hoy no es un negocio si no sale adelante gracias a la implicación familiar. La Covid-19 también le ha supuesto un recorte en sus ventas, por lo que también han realizado un reajuste en sus horarios de venta; ahora abren a las seis de la mañana (como antes) y han adelantado el cierre a las siete y media u ocho de la tarde. Con la complicidad de sus hijos (su hija ultima Derecho y su hijo es un amante de la informática), Moreno destaca la importancia del kiosco a la hora de vender el periódico: “Nosotros le damos el empujón y animamos a los lectores”. “Hoy es muy raro que un joven te compre un periódico o una revista; si eso sucede es porque lo mandó el abuelo”, comenta para admitir el protagonismo digital.