Cientos de millones de chinos permanecieron ayer en silencio durante tres minutos para recordar a los más de 3.300 fallecidos en el país a causa de la pandemia, cuyos efectos han remitido, pero que mantiene aún al gigante asiático bajo estrictas medidas de prevención. A las 10:00 hora local, los ciudadanos se quedaron en pie en las aceras en silencio, mientras los automovilistas tocaban el claxon de sus coches y sonaban las alarmas antiaéreas colocadas en casi cada esquina del país para alertar a la población ante una catástrofe. En Pekín, mucha gente sola, en parejas o decenas de personas en grupo se juntaban en silencio, cubiertos con mascarillas, durante tres minutos en recuerdo de las hasta el momento 3.326 víctimas mortales del coronavirus. Muchos miraban hacia abajo o al frente con los ojos cerrados, otros se congregaban junto a una cercana bandera china a media asta y todos concluyeron el silencio con un grito de "¡Vamos China!" seguido de un aplauso. También los pitidos de los trenes y las sirenas de los barcos acompañaron los minutos de silencio. El presidente del país, Xi Jinping, junto a otros dirigentes como el primer ministro, Li Keqiang, guardaron también vestidos de negro tres minutos de silencio.