Leopoldo López Gil, padre del opositor venezolano Leopoldo López Mendoza, actualmente acogido en la embajada de España en Caracas, visitó ayer Santa Úrsula para hablar de la relación entre Europa y Venezuela y defender su candidatura a eurodiputado como independiente en las filas del Partido Popular. López subrayó que “Venezuela ha perdido su futuro”, abogó por una solución dialogada y sin violencia al conflicto que se vive en su país, y achacó la situación actual a “una malísima conducción de un gobierno de usurpadores sometido a una corrupción total”.

¿Ha podido mantener contacto con su hijo en los últimos días?

Estamos en contacto telefónico prácticamente a diario, pero en una conversación de padre e hijo. Hablamos mucho. Estoy ahora con sus hijos mayores y el 90% de lo que hablamos tiene que ver con la familia.

¿Qué le cuenta de su situación en la embajada de España?

Diría que está lo mejor que se puede estar en una situación de huésped de una casa donde estás invitado y hay que respetar unas reglas. Estamos muy, muy, muy agradecidos con el embajador Jesús Silva y con el Reino de España por haber tomado esa gran responsabilidad de proteger a Leopoldo y a su familia.

¿Teme por la seguridad de su hijo?

Claro. Sería una irresponsabilidad decir que no me preocupa. Me preocupa muchísimo. Los sátrapas en Venezuela han dado demostraciones de que son sanguinarios y de que no respetan la vida ni el sufrimiento humano. Para muestra un botón: el año pasado se perpetraron más de 30.000 asesinatos de manos de la delincuencia. Unos cuatro millones de venezolanos han dejado el país en los últimos tres años. Todo esto es una muestra de que algo está pasando y no es natural. Queda claro que al gobierno actual no le importa el bienestar de su gente. Por mantener el poder como única prioridad, han sometido a la gente a muerte, enfermedades y escasez. Llevamos 20 años sin una campaña de vacunaciones, las universidades han perdido a sus profesores por no actualizar los salarios. En una frase: Venezuela ha perdido su futuro.

¿Por qué?

Porque se lo ha destruido el socialismo del siglo XXI.

¿Cómo definiría la situación actual de Venezuela?

Tristísima. Un país que tenía y tiene todo, porque sigue siendo el mismo, con una enorme riqueza natural, y estamos empeñados en destruirlo. Lo más triste que le ha pasado a Venezuela últimamente es que ya no estamos produciendo ni gasolina. Cuando Chávez llegó al poder, el país producía 3,2 millones de barriles de petróleo al día. Actualmente la producción no llega a 700.000 barriles diarios. Se han perdido dos tercios de la producción por la incapacidad y por los robos. Se han robado el dinero de la reinversión en la industria y se lo han metido en los bolsillos.

¿Cuál cree que sería la solución para la situación actual de Venezuela?

El cambio de régimen, la salida del usurpador y un gobierno de transición para organizar unas elecciones libres y democráticas. Eso traería la recuperación del país.

¿Puede producirse un conflicto armado en Venezuela?

Espero que no. Espero que no porque tenemos suficientes mentes civilizadas como para llevar adelante una negociación, un diálogo y una vuelta a la democracia sin necesidad de matar a nadie.

¿Entendería una intervención militar desde el exterior si la situación continúa enquistada?

Repito: yo no favorecería nunca una intervención armada en mi país.