Alergia a los ácaros del polvo

Por Cecilia Vega

La alergia a los ácaros figura entre las más comunes, ¿es lo mismo que la alergia al polvo? ¿por qué se produce?

Eso que de forma común denominamos alergia al polvo realmente es a los ácaros. El polvo doméstico está formado por restos de piel, pelo, fibras textiles, restos de insectos y alimentos, mohos, ácaros microscópicos, etc. Se puede ser alérgico a muchos de estos componentes, pero de todos ellos, los que causan más problemas son los ácaros, unos organismos microscópicos que sobreviven en la ropa de cama, colchones, mantas, sofás, alfombras, ropa, superficies tapizadas… y proliferan cuando la humedad ambiental es elevada y la temperatura se mantiene alrededor de 25ºC. Prácticamente no sobreviven en ambientes secos ni a más de 800 metros de altitud, así como tampoco en lugares con exposición directa al sol. Las épocas en que predominan son pues la primavera y especialmente otoño, aunque puede dar problemas el resto del año.

Los ácaros se alimentan de materia orgánica como las células de la piel que quedan depositadas en estos espacios. Las proteínas que hay en los excrementos y restos de ácaros en descomposición son las causantes de la reacción alérgica. Los ácaros sólo se encuentran en el interior de las casas, no pican ni transmiten enfermedades y únicamente son peligrosos para aquellas personas que son alérgicas a ellos.

¿Cuáles son los síntomas y manifestaciones de esta alergia?

Los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo van desde estornudos, tos, ojos llorosos, picor o goteo de nariz, a dificultad para respirar, pitidos en el pecho o asma, entre otros.

¿Se pueden prevenir o aminorar estos síntomas?

La alergia a los ácaros del polvo no se puede prevenir, se puede controlar reduciendo la exposición a ellos, aunque hay que tener en cuenta que los ácaros no se pueden eliminar totalmente. Tener alergia a los ácaros del polvo no significa "tener la casa sucia". Evidentemente una casa sucia empeora el problema, y aunque eliminar los ácaros es difícil o casi imposible, es cierto que un "programa anti-polvo" puede disminuir su número.

Antes de empezar cualquier tratamiento antialérgico debemos adoptar ciertas medidas:

En el domicilio

• Debe limpiarse regularmente con una aspiradora, sin barrer, quitando el polvo con un trapo húmedo. Es importante que la aspiradora tenga un filtro adecuado, preferiblemente de tipo HEPA, para asegurarse de que los ácaros y, especialmente, sus heces quedan retenidos.

• Tener una especial atención en la limpieza de los sofás y butacas, deben aspirarse cada 2 o 3 días.

• Si se dispone de aire acondicionado, debe mantenerse la humedad ambiental por debajo del 70%.

• Deben limpiarse las alfombras y moquetas a menudo. Son aconsejables las de pelo corto.

• Es preferible que la persona alérgica no esté presente al hacer la limpieza. No obstante, si es ella quien debe hacerla, puede utilizar una mascarilla.

En el dormitorio

• Use un colchón de goma espuma o de muelles. El látex puede ser una alternativa siempre que no sea alérgico a él. Existen fundas especiales para cubrir los colchones que permiten el paso del vapor de agua pero no el de los ácaros y sus heces.

• Los cojines, mantas, fundas nórdicas, edredones y cortinas deben de ser de fibra sintética y lavarse a menudo, sobre todo en otoño y primavera. Debe evitarse la lana y las plumas.

• Lave las sábanas y pijamas cada 3-4 días lo mejor es que pasen directamente del tendedero a la cama, sin guardarlos en el armario.

• Las paredes de las habitaciones deben de estar pintadas o empapeladas, pero que sean fácilmente lavables. Elimine pósteres y cuadros.

• Cuantos menos muebles haya en la habitación tanto mejor, y sin tapicerías. Deben poder retirarse para limpiar por detrás.

• Es importante evitar alfombras, moquetas, muñecos, peluches, etc. Guardar los libros en estantes abiertos.

• Debe ventilarse la habitación una vez al día. Esta estancia debería utilizarse sólo para dormir. Hay que evitar la presencia de animales domésticos en la habitación, ya que pueden acumular ácaros.

• Las medidas de limpieza son las mismas que en el resto del domicilio.

• Evite utilizar insecticidas y ambientadores.

En la ropa

• Al hacer el cambio de ropa de temporada, debe airearse o incluso lavarse antes de usarla: los ácaros se acumulan al estar guardada tanto tiempo en el armario.

En la segunda vivienda

• Es una causa frecuente de crisis alérgicas. Es preferible llegar durante el día, no de noche, para poder limpiar y ventilar la vivienda antes de que entre la persona alérgica.

• Dejar la cama sin hacer y prepararla al llegar, con sábanas que habremos traído de casa, y si es posible, colocar una funda anti-ácaros especial.

En el automóvil

• Se aconseja aspirarlo con frecuencia, especialmente en viajes largos.

¿Existe un tratamiento?

El control sobre los síntomas puede hacerse con medicamentos como descongestionantes, modificadores de leucotrienos, antihistamínicos, corticosteroides o mediante la terapia demostrada como la única que puede modificar el curso natural de la enfermedad, como dice la OMS, al hablar de las vacunas antialérgicas o la inmunoterapia.

¿Cuándo acudir al médico? ¿Cómo puede ayudarnos un alergólogo?

No debemos retrasar la consulta a un médico de familia o pediatra cuando aparezcan síntomas sospechosos de alergia, tales como rinitis, asma, urticarias, dermatitis, etc. Es seguro que nos dirigirá a un alergólogo, especialista del sistema inmunológico que atiende estas enfermedades, quien, tras hacer un estudio minucioso, mediante técnicas sencillas, no invasivas ni dolorosas, como pueden ser unas pruebas cutáneas y un sencillo análisis de sangre, podrá llegar al diagnóstico y por tanto a solucionar un problema tan incómodo y, en ocasiones, cada vez más frecuente como son las enfermedades alérgicas.