DESDE el 1 de julio ha subido el IGIC, el Impuesto General Indirecto Canario, un 4%. España no sube aún el IVA, pero el Gobierno de Canarias infla los impuestos, dice que ante la falta de recaudación.

Está claro que la gente no paga porque no tiene dinero; esto es una obviedad. Pero, en vez de subir los impuestos, quizá el Ejecutivo que todavía preside Paulino Rivero tendría que pensar mucho más en crear empleo, en incentivar a los jóvenes parados, en acabar con el absentismo escolar, en mejorar la asistencia sanitaria, en pagarle puntualmente a las farmacias, en no retener las facturas de proveedores.

Subir los impuestos es lo más fácil, pero esto no nos va a sacar de la crisis. Cuanto más recauda un Gobierno, más gasta. Se trata de una regla fija, que jamás falla. Subir los impuestos no supone solucionar el problema. Sería mejor racionalizar el gasto, limitar los cargos políticos, racionalizar la plantilla de funcionarios y tomar una serie de medidas de ahorro que no vayan, por ejemplo, contra la sanidad, contra la educación y contra la cultura, que es donde primero se recorta. Porque también es lo más fácil de recortar.

El aumento del IGIC le va a dar un buen palo, por ejemplo, al turismo. Los hoteleros habían negociado sus facturas con los operadores con el viejo impuesto, ante la falta de noticias sobre su subida. Ahora son los propios hoteleros los que van a tener que pagar ese 40% de diferencia, lo que recortará sus beneficios hasta límites peligrosos. Nadie ha podido convencer a Rivero de que el IGIC del turismo permaneciera inalterable hasta el año que viene. Él, a recaudar, dándole la espalda, incluso, al principal sector productivo de Canarias.

Nos da la impresión de que el Gobierno no tiene sensibilidad para afrontar los verdaderos problemas de las Islas. Todos los fondos destinados al empleo, procedentes del Estado, ¿para qué han servido? Seguimos instalados en el 34% de desempleados y preocupa el paro juvenil, del que no hay datos muy fiables pero podía estar en el 70%.

Vivir en Canarias no es vivir en un paraíso. Pensaban subir la gasolina, pero parece que se lo han pensado. Ya vendrá la sorpresa, no lo dudamos. Este Gobierno no es sensible a los problemas por los que pasan los ciudadanos. Todos sus miembros cobran sustanciosos sueldos, pero parece como si no quisieran mirar alrededor. La gente pasa necesidades, hambre, incluso. Los empresarios no pueden más. Quizá se nos tache de catastrofistas, pero solo manejamos datos fríos, los datos que nos aportan los organismos públicos. Los datos reales de cómo han dejado a esta comunidad autónoma.