Un hombre acusado de matar a un joven, al que drogó para abusar de él, y de grabarse manteniendo relaciones sexuales de riesgo -es portador del sida- con 38 varones inconscientes, ha aceptado una condena de 16 años de cárcel, tras un pacto con el fiscal, que pedía inicialmente 47 años.

En la sentencia, la sección octava de la Audiencia de Barcelona condena a Óscar Vicente Castro Cedeño, de origen ecuatoriano, a 16 años y medio de cárcel, por un delito de homicidio, uno de abusos sexuales, otro contra la intimidad y uno de tentativa de lesiones.

La condena es fruto de un acuerdo alcanzado entre el acusado y la fiscalía a las puertas del juicio, celebrado el pasado 17 de noviembre, en virtud del cual Óscar Vicente Castro reconoció los hechos y la fiscalía rebajó sustancialmente su petición, que inicialmente era de 47 años de cárcel por un delito de asesinato, dos de abuso sexual con penetración, tres contra la intimidad, dos por tentativa de lesiones y uno contra la salud pública.

El acusado ha reconocido que la madrugada del 7 de enero de 2012 se encontraba en una zona próxima a la estación de metro de la Barceloneta y se aproximó a un ciudadano estadounidense, que cursaba estudios en España, y le invitó a ir a su piso, en L''Hospitalet de Llobregat (Barcelona), aprovechándose de que el joven iba ebrio.

Una vez en el inmueble, el condenado ofreció al estudiante una copa de whisky, en la que había disuelto seis comprimidos de sedantes y relajantes musculares, con un gran poder hipnótico, pese a ser consciente del riesgo de que aquella dosis tan alta podía suponer para la vida del joven, que perdió el sentido y acabó falleciendo.

En su escrito inicial, la fiscalía sostenía que el acusado drogó al estudiante con ánimo libidinoso y de satisfacción sexual, si bien en los hechos probados de la sentencia, en virtud del acuerdo alcanzado entre las partes, no se concreta por qué le proporcionó los seis comprimidos de sedantes.

Al ver que el joven respiraba de forma anómala, el acusado fue a buscar a un amigo, para que comprobara su estado de salud, aunque inmediatamente, hacia las 08.00 horas de la mañana, se ausentó del domicilio, cuando el chico aún estaba con vida.

Pese a los evidentes síntomas de depresión respiratoria que padecía el joven cuando el acusado se fue de casa, Óscar Vicente castro no llamó a los servicios de emergencia hasta que regresó al mediodía, hacia las 13.40 horas.

No obstante, cuando los servicios de emergencia llegaron al piso, ya no pudieron hacer nada para salvar la vida del estudiante.

En el registro policial que se efectuó a la vivienda, tras la muerte del estudiante, se intervinieron más de 2.000 fotografías en las que aparecían una cincuentena de hombres distintos, en estado de inconsciencia, desnudos y en posiciones diversas, así como otros 38 vídeos de contenido sexual en los que el condenado mantenía relaciones sexuales completas con hombres en estado de inconsciencia.

Según la condena, el hombre mantuvo estas relaciones sexuales con penetración, que grabó en vídeo, sabedor de que entrañaba una práctica de riesgo elevado de contagio.

La sentencia condena también al acusado a indemnizar con 15.000 euros a una de sus víctimas, que aparecía en las imágenes intervenidas en el piso.

Esta víctima denunció que el acusado se aprovechó de que iba borracho para llevarle a su domicilio y, una vez allí, le drogó y abusó sexualmente de él sin su consentimiento, mientras lo grababa en vídeo.