Un escape de gas propano ocurrido ayer mientras un camión cisterna llenaba uno de los depósitos de un hotel de Mogán, al suroeste de Gran Canaria, causó una deflagración que afectó a 23 personas, de las que seis padecieron quemaduras de pronóstico crítico o grave. Cinco de los heridos, que padecen quemaduras entre el 30 y 90 por ciento, son empleados del hotel Cordial Mogán Playa, y la sexta es una turista noruega de 55 años, que podría fallecer en las próximas horas, según los médicos, porque padece lesiones muy graves en el 100 por cien del cuerpo.

El siniestro tuvo lugar a las 09:00 horas, cuando en el establecimiento había 862 clientes, según el director general del grupo Cordial Canarias, Nicolás Villalobos. El presidente del Comité de empresa, Marcos Rodríguez, relató que sus compañeros percibieron "un fuerte olor a gas" durante la maniobra de recarga que les alertó de que algo iba mal, pero no tuvieron tiempo para reaccionar, ya que la explosión se produjo a los pocos segundos. La deflagración causó heridas graves a la responsable del spa, situado a pocos metros del depósito de gas, a tres limpiadoras y un botones, además de a una cliente noruega que iba al comedor para desayunar.

Los cinco heridos más graves fueron evacuados a los hospitales Doctor Negrín e Insular de Las Palmas, y el sexto quedó ingresado en la clínica San Roque-Meloneras. El Servicio Canario de Salud tenía previsto trasladar ayer a una de las víctimas a la Unidad de Quemados de Sevilla y baraja la posibilidad de hacer lo mismo mañana con otra. Este accidente, producto de la "mala suerte", en opinión de Villalobos, obligó a evacuar sin incidentes a los clientes alojados en el hotel. Un amplio dispositivo de emergencias se estableció junto al edificio, donde Cruz Roja instaló un hospital de campaña en el que varios psicólogos asistieron a trabajadores de la empresa. Hasta 17 personas recibieron atención médica por crisis de ansiedad.

Aunque el presidente del Patronato insular de Turismo, Melchor Camón, contactó con los hoteles de Mogán para conocer su disponibilidad de plazas, con el fin de reubicar en ellas, si es preciso, a los clientes del establecimiento afectado, el director general de la cadena Cordial contemplaba la posibilidad de que volvieran al recinto, cuya estructura no resultó afectada, después de almorzar en los apartamentos anexos. El regreso al edificio tuvo lugar a las 16:00 horas.

Camón se refirió a la repercusión negativa para Gran Canaria que puede tener la noticia de una explosión en un hotel, que ha considerado "un poco exagerada", ya que, según ha dicho, se trata de "un lamentable accidente con el que no se debe alarmar a nadie".

El también consejero insular de Turismo precisó que ningún operador turístico se había dirigido a él para interesarse por las repercusiones del siniestro a primeras horas de la tarde. Sin embargo, representantes de varios operadores turísticos sí se personaron en el hotel para tranquilizar y asistir a sus clientes. El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, expresó ayer la solidaridad y el apoyo del Ejecutivo a los afectados por esta explosión y a los propietarios de la instalación turística.