La iglesia católica albanesa llevó a cabo hoy, en la ciudad norteña de Shkodra, la ceremonia de beatificación de 38 "mártires" asesinados "por su fidelidad a Dios" durante el régimen comunista, uno de los más duros de Europa.

El acto se desarrolló en la catedral "Shën Shtjefni" de la localidad, centro del catolicismo albanés, y lugar de origen y de actividad de la mayoría de los 38 beatificados, y a él acudieron cinco cardenales del Vaticano, unos 10.000 peregrinos, algunos de ellos extranjeros, así como el jefe del Estado, Bujar Nishani, el presidente del parlamento, Ilir Meta, ministros y representantes de otras religiones.

También estaba presente Ernest Troshani, ordenado cardenal por el papa Francisco el pasado 9 de octubre, y que pasó 28 años encarcelado por el régimen comunista.

Los 38 beatos -dos arzobispos, 21 sacerdotes, 7 franciscanos, 3 jesuitas, 4 laicos y un seminarista- fueron asesinados entre los años 1945 y 1974, y no todos eran albaneses, sino que dos procedían de Alemania y uno de Italia.

Ellos forman parte de los alrededor de 130 sacerdotes católicos que fueron ejecutados o murieron tras ser torturados en las cárceles comunistas hasta 1991 acusados de ser "espías" del Vaticano.

En 1967 el dictador estalinista Enver Hoxha abolió todas las prácticas religiosas, destruyó iglesias y mezquitas, y a otras les dio los más diversos usos, y esta abolición fue sancionada por la Constitución de 1976, declarando a Albania el primer país ateo del mundo.

La libertad religiosa regresó tras la caída de la dictadura en 1991.

Desde entonces dos papas, Juan Pablo II y Francisco, han visitado el país, donde históricamente ha vivido en paz la mayoría musulmana con las comunidades cristianas minoritarias católica y ortodoxa.

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