Expertos reunidos en el Congreso de Dermatología, que se celebra en Oviedo, han advertido de que las enfermedades de la piel pueden llegar a matar en contra de la falsa idea, incluso entre algunos médicos, de que son procesos de poca trascendencia.

Esta es una de las conclusiones del congreso aportada por el presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), José Carlos Moreno, para quien es de máxima importancia considerar los procesos cutáneos en su justa medida y no de forma intrascendente, de tal forma que "nadie debería menospreciar una afectación" de la piel.

José Carlos Moreno ha explicado que algunas enfermedades cutáneas pueden comprometer la vida de los pacientes.

Así, ha comentado que en el caso de los tumores cutáneos, quizá el caso del melanoma es el más conocido pero otros, como los carcinomas, pueden llevar a un desenlace fatal ya que pueden producir metástasis.

Por otra parte, ha aclarado que se tiene la falsa impresión de que los linfomas son siempre una enfermedad de la sangre, lo que es cierto en la mayoría de las ocasiones, pero hay algunos tipos de ellos que se inician en la piel.

Mientras están en la piel son procesos controlables pero cuando pasan a la sangre pueden afectar a un gran número de órganos.

El doctor Moreno ha hecho referencia también a las enfermedades "ampollosas", de las que ha dicho que son muchas, la mayoría de ellas de origen autoinmune.

La más importante es el "Péntigo", que aparece en personas de la tercera edad, generalmente con patología subyacente, lo que puede empeorar el pronóstico y dejada a su libre evolución lleva a la muerte en un plazo de tres a cinco años, aunque hay medidas terapéuticas que ayudan a su control y curación.

Por otra parte, la doctora del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona Asunción Vicente, miembro de la AEDV, ha puesto de manifiesto que un 20 por ciento de los niños sufren en España dermatitis atópica y su frecuencia sigue en aumento en los países industrializados.

Es la causa más frecuente de consulta en dermatología pediátrica en España y se trata de una enfermedad inflamatoria en la que se reconocen muchos factores que influyen en su aparición, como la herencia, las alergias y los ambientales.

Cada vez adquiere más importancia el concepto de que esta enfermedad se debe a una pérdida de la función barrera de la piel, en cuanto a una especie de pared que protege al cuerpo del exterior, de la entrada de sustancias que provocan las alergias y de las infecciones.

Se mantiene un debate sobre si realmente existe la "marcha atópica", que consiste en que los niños primero tendrían alergia alimentaria y dermatitis y luego asma y rinitis.

En la dermatitis atópica el picor, la pérdida de la calidad del sueño y la presencia crónica de las lesiones pueden determinar la integración social de los niños y de los adolescentes.

Se suman problemas psiquiátricos como depresión y ansiedad en adolescentes afectados, más en relación con la mala calidad del suelo que con el índice de gravedad de la enfermedad.

También parece que los problemas de sueño en los menores de 2 años se asocian a alteraciones psicológicas como síndrome de hiperactividad y déficit de atención, problemas emocionales y de comportamiento en la edad escolar.

Estas observaciones apoyan la necesidad de un manejo multidisciplinario con apoyo psicológico, ha concluido la doctora.