Con motivo de la celebración de la VI edición de las Jornadas Pascal, organizadas por Cepsa en el hotel Botánico del Puerto de la Cruz, el representante de la Dirección General de Calidad del Aire del Gobierno de Canarias, Fernando Herrera, anunció la intención de la compañía petrolífera de acabar con los olores que habitualmente causan sus emisiones. "Debido a las numerosas quejas que se recibieron en junio de 2009, la Consejería de Medio Ambiente estableció de oficio unos nuevos criterios en la Autorización Ambiental Integrada (AAI) destinados a disminuir los problemas de olores derivados del uso de azufre. Ahora la compañía nos ha presentado un proyecto en el que se identifica como principal problema la planta de tratamiento de aguas residuales y se plantean mecanismos para acabar con el 90 por ciento de ese olor tan característico, y además la distancia se rebajará del kilómetro y medio que llega a alcanzar actualmente a no más de 150 metros", anunció ayer Herrera.

El experto hizo un llamamiento a la calma puesto que aseguró que "los olores que emanan de la refinería de Santa Cruz de Tenerife no constituyen ningún riesgo para la salud de las personas, pero sí que son un factor claro de rechazo que, además, produce molestias, por lo que se le ha solicitado a Cepsa que introduzca mejoras".

"La mayor parte de las quejas que nos hacen llegar los ciudadanos tienen que ver con los olores, pero también están las relacionadas con la percepción visual de columnas de humo", aclaró Herrera antes de señalar que "el problema de Santa Cruz es por la combustión del fuel oil de la refinería y de los barcos"

Minimizar emisiones

Respecto a la nueva AAI, el responsable de Calidad Ambiental mantuvo que "para la empresa quizás sea demasiado exigente porque se le obliga a minimizar muchas emisiones, pero nosotros la consideramos equilibrada porque básicamente se le exige un alto rendimiento en las plantas de recuperación de azufre y valores objetivos de olor. Además, se le ha obligado a establecer protocolos de actuación para situaciones puntuales en las que se sobrepasen los límites previstos. Estos protocolos permiten la permanencia de la instalación a la vez que garantizan la calidad del aire y se exige un control exhaustivo de los olores".

Preguntado por el papel que tiene la Refinería en la contaminación del aire de la capital tinerfeña, reconoció que "contribuye a la contaminación, por eso todo lo que se logre reducir se notará mucho", y destacó la bajada habida en los niveles de dióxido de azufre, puesto que "en 2009 nunca se superaron los valores medios y las concentraciones también se han disminuido. La tendencia ha bajado mucho porque había una media de diez superaciones al año".

En relación al tráfico, dijo que "también el dióxido de nitrógeno ha disminuido", al igual que las partículas, "que se han reducido tanto en los valores límites como en las concentraciones, registrándose un cambio abismal desde 2009. Respecto a los metales dijo que "se tienen que conseguir niveles mejores porque se supera los de níquel por la combustión del fuel oil que se realiza en la zona de influencia de la Refinería".

Para finalizar, Herrera se refirió al estudio realizado por la Universidad de Santiago de Compostela en el que se alertaba del elevado grado de sustancias tóxicas que podrían causar problemas de salud a la población, manteniendo que los estudios del centro gallego "se están teniendo en cuenta para darnos una idea de cuál debe ser la distribución, dispersión y concentración de tipo cualitativo pero no cuantitativo de la medición de los metales", aunque confirmó que "hay problemas con el níquel".