El alcalde de Santa Cruz de Tenerife y candidato de CC a la reelección, José Manuel Bermúdez, ha aplicado en los últimos cuatro años una fórmula basada en el saneamiento, el control del gasto, la reducción de la deuda y la reforma fiscal para recuperar el equilibrio financiero del Consistorio. "Esta receta para sanear el Ayuntamiento ha sido clave en mi gestión ante el vecino, porque nos ha permitido volver a invertir en la ciudad. Cuando llegamos, en 2011, nos encontramos una deuda a la que no se le podía hacer frente y un presupuesto que generaba menos ingresos que gastos", explica.

La corrección de este desequilibrio, agravado por la crisis, obligó a adoptar un conjunto de medidas que, con el paso del tiempo, se han ido adaptando a la propia evolución financiera del Consistorio. "La primera fue el plan de choque que afrontamos en 2011, con una contención total de gasto, recortado hasta moldearlo a los ingresos reales que teníamos. Se aplicó el rigor presupuestario y hubo una rebaja generalizada del 7% en todos los contratos del Ayuntamiento, excepto en los que tenían que ver con los Servicios Sociales", indica Bermúdez.

Además, ese mismo año también se aprobó un ligero incremento en los impuestos, para su aplicación en 2012, con el fin de equilibrar la situación. "En cualquier caso -añade el alcalde-, la mayor subida se produjo con el Impuesto de Bienes Inmuebles, el IBIO, que hay que decir que nos vino impuesta por el Gobierno del Estado".

Seguidamente, el segundo paso consistió en la transformación de lo que debía el Ayuntamiento a las empresas, unos 56 millones de euros, aproximadamente, en deuda con los bancos. "Nos acogimos al Real Decreto de pago a proveedores, en mayo de 2012, y con ello dejamos de ser un problema para las empresas. Se hizo frente a la deuda que manteníamos con los proveedores, al tiempo que los bancos pasaron a ser los interlocutores de nuestra deuda", agrega.

"Pero le receta, a partir de ese momento, requería un ingrediente más, a través de la rebaja de la deuda", explica Bermúdez. "De modo que nos propusimos comenzar a rebajar la deuda, que había crecido mucho, pero que vino acompañada por una mejora en los ingresos municipales y la contención del gasto. Esto nos permitió recuperar el equilibrio financiero, en 2013, cuando logramos volver a la estabilidad presupuestaria y controlar de manera plena las finanzas locales".

De hecho, 2013 marca el instante en el que el Consistorio capitalino logra rebajar su deuda y, con ello, empieza a pagar menos a los bancos, "con el único propósito de poder invertir más en la ciudad", señala el alcalde.

A partir de ese momento, Bermúdez ha centrado su esfuerzo en la tarea de "devolverle a Santa Cruz, durante todo el 2014 y lo que llevamos de 2015, aquello que no pudimos hacer entre 2011 y 2013, debido a la situación expuesta. Y esto ha sido así con un presupuesto centrado en las personas, sobre todo en los asuntos sociales, capítulo en el que he ido incrementando el presupuesto desde que accedí a la Alcaldía".

Además, el alcalde y su equipo han conseguido multiplicar la inversión en la ciudad, que prácticamente se ha visto duplicada cada año respecto al anterior. "Puede que lo más llamativo de todo, algo por lo que me preguntan alcaldes de otros partidos, es que también fuimos capaces de bajar los impuestos. Los subimos en 2012, los congelamos en 2013, los congelamos a quienes decidieron domiciliarlos en 2014 y ahora, de cara al año en curso, hemos logrado bajarlos", remarca.