El ex delegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo aseguró ayer que advirtió a Carles Puigdemont de que estaba impulsando un "planteamiento suicida", ante lo que el expresidente catalán le contestó que no podía hacer otra cosa que impulsar el referéndum y le confesó: "No puedo dar marcha atrás".

Millo, que compareció ayer como testigo en el juicio a la cúpula del ''procés'', apuntó que en sus reuniones con Puigdemont se encontró enfrente una "silla vacía", porque lo único que le interesaba al expresidente era obtener el "beneplácito" para llevar a cabo el referéndum de independencia, sin plantearse alternativas ni abordar otras cuestiones de interés en el ámbito social y económico.

El ex delegado del Gobierno eleva hasta unas 200 las acciones de acoso y hostigamiento

Según Millo, ante esta situación, era "imposible" ponerse de acuerdo, por lo que intentó persuadir a Puigdemont de que abandonara su "planteamiento suicida", ya que estaba convencido de que iba a fracturar y dividir a la sociedad y crear problemas de convivencia en Cataluña.

El ex delegado del Gobierno explicó cómo tres semanas antes del referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 se produjeron cientos de actos organizados de "hostigamiento, acoso, violencia e intimidación" a instituciones, cuarteles, agentes de Policía y Guardia Civil y comisiones judiciales.

Millo situó el inicio de estos actos justo después de las llamadas leyes de desconexión en el Parlament, los días 6 y 7 de septiembre, que junto a la "estrategia" del Govern y el Parlament provocó "mucha incertidumbre" y fue entonces cuando comenzaron las "acciones de hostigamiento, asedio e intimidación", que elevó a más de 200, y que no cesaron hasta mediados de noviembre, una vez ya aplicado el artículo 155 de la Constitución.