El Rey Felipe VI se ha declarado hoy, ante un selecto grupo de empresarios latinoamericanos congregados en Madrid por la CEAL, heredero de la "pasión" que su padre, Juan Carlos I, siente por Iberoamérica, y se ha comprometido a seguir apostando tanto o más por el futuro de la comunidad Iberoamericana.

En la clausura de la XXV asamblea plenaria del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), don Felipe ha agradecido el homenaje dedicado ayer por este foro al Rey Juan Carlos I, y ha dicho que, entre otras "muchas cosas", a él debe una "parte fundamental y original" de su pasión por América; "por nuestra querida Iberoamérica", según sus palabras.

Pero, además, ha asegurado que en su vida como Rey continuará "con esa misma pasión, o mayor si cabe", procurando "estar cerca" de los "hermanos iberoamericanos", fomentar los intereses comunes y proyectar al mundo la "enorme potencia cultural y económica compartida".

Y todo ello "respetando y valorando la diversidad que cada nación representa y contiene", según ha proclamado en un discurso con el que ha cerrado el acto, al que han asistido los ministros de Industria, José Manuel Soria, y Fomento, Ana Pastor, así como la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, y el presidente de Telefónica, César Alierta.