La presión sobre la deuda soberana de Portugal se recrudeció ligeramente durante los últimos días, en línea con lo ocurrido en otros países del sur de la UE, y sus títulos a diez años volvían a superar hoy la barrera del 6 %.

Los intereses exigidos por los inversores en el mercado secundario -donde se compran y venden obligaciones adquiridas en subasta pública- han subido más de una décima esta semana y la prima de riesgo lusa se situaba hoy en torno a los 417 puntos básicos.

La posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) decida penalizar a los bancos que poseen deuda pública y el temor a que la Reserva Federal estadounidense adopte una política de compra de obligaciones más restrictiva son las razones esgrimidas por los analistas para explicar este movimiento al alza.

En Portugal, el aumento de los intereses coincide con el décimo examen al cumplimiento del programa de ajustes luso por parte de la troika, cuyos técnicos se reúnen hoy en Lisboa con un grupo de diputados.

La evolución de los títulos lusos en el mercado secundario es una cuestión de máxima importancia para el país, que está a sólo seis meses de cerrar su rescate financiero y dejar de recibir fondos de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Para conseguir finalizar con éxito su programa y no necesitar de más ayuda internacional, Portugal debe ser capaz de volver a colocar deuda a largo plazo -es decir, con vencimiento superior a dos años- a cambio de tasas sostenibles, un tipo de emisiones que pretende recuperar a principios de 2014.

El mercado secundario es considerado como una referencia para calcular qué intereses se le exigiría al país si hoy mismo subastase obligaciones, y la mayoría de los expertos coincide en que el descenso de las tasas exigidas por los inversores para comprar su deuda es todavía insuficiente, ya que éstas siguen siendo demasiado altas para que el país pueda recuperar su autonomía financiera.

A dos y cinco años, los títulos portugueses cotizaban hoy al 3,2 y el 4,9 %, respectivamente.