La Comisión Europea (CE) recomendó ayer, por primera vez, una revisión en profundidad de los desequilibrios macroeconómicos de Alemania, principalmente por su abultado superávit comercial, y decidió seguir investigando los problemas de otros 15 países miembros, incluidos los excesivos de España.

La CE incluye este año en la lista de países miembros que requieren un análisis económico en profundidad a los trece de la anterior revisión (España, Eslovenia, Francia, Italia, Hungría, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Malta, Holanda, Finlandia, Suecia y Reino Unido) más Alemania, Luxemburgo y Croacia.

Los 16 estados miembros tienen diferentes retos en el plano macroeconómico y potenciales riesgos que pueden contagiar al resto de la eurozona y más ampliamente a la Unión Europea (UE).

Los dos únicos países que aún registran desequilibrios macroeconómicos excesivos son España y Eslovenia, ya señalados en el análisis del pasado abril.

La CE no decidió dar un paso más en el proceso, que puede, en el caso extremo y último, conllevar una multa del 0,1% del Producto Interior Bruto (PIB) si un país no incumple reiteradamente las recomendaciones para eliminar los problemas.

El caso que más atención atrajo es el de Alemania, dado que su superávit comercial lleva superando desde 2007 el 6% del Producto Interior Bruto (PIB), el límite para una media de tres años fijado por la CE, que hasta ahora nunca había incluido a Berlín entre los países que necesitan una revisión en profundidad.

Esta vez la CE hizo realidad lo que el vicepresidente y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ya había sugerido en los últimos días y ha decidido "escudriñar mejor la posición externa", es decir, el superávit comercial de Alemania.

Lo mismo hará con Luxemburgo, pero la polémica dentro y fuera de Alemania sobre este aspecto de su economía ha generado gran interés en la rueda de prensa en la que el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, y Rehn han justificado su decisión.

Ambos aseguraron que se trata de una medida "objetiva" y no política, basada en indicadores.

La controversia estaba servida desde que el Departamento del Tesoro de EEUU acusó recientemente a Alemania de perjudicar el proceso de reequilibrio de las economías por su "anémico ritmo de demanda doméstica y dependencia de las exportaciones" en un momento en el que otros países del euro sufren grandes presiones para reducir la demanda y comprimir las importaciones a fin de promover el ajuste.

"No se trata de cuestionar la competitividad de Alemania, porque es un importante activo para la economía europea en su conjunto (...), sino de si la primera potencia económica europea puede hacer más para ayudar al reequilibrio de la economía europea", dijo Barroso.

El Ejecutivo comunitario ha recomendado a Alemania que apuntale la demanda interna y las inversiones, por ejemplo mediante la apertura de su sector de los servicios, además de crear las condiciones para un aumento sostenible de los salarios. Alemania ha refutado estas recomendaciones.