El expresidente de Bankia Rodrigo Rato defendió ayer su actuación al frente de la entidad y eludió cualquier autocrítica por el canje de preferentes por acciones de Bankia, una acción que, dijo, fue supervisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En una comparecencia ante la comisión de investigación del Parlamento catalán sobre la actuación de las entidades financieras en Cataluña, Rato se escudó en el criterio del Banco de España, en los informes de los auditores o bien en la supervisión de la CNMV para justificar, respectivamente, la fusión de Caja Madrid con Bancaja y otras cinco cajas locales, la salida a bolsa de Bankia o bien el canje de preferentes por acciones de esa entidad.

Afirmó que en su etapa como presidente de Bankia, cargo del que dimitió el 7 de mayo de 2012, provisionó 22.500 millones y se dedicó a sanear la entidad y a cerrar oficinas, cumpliendo con los requisitos de capital para las entidades financieras marcados por las autoridades.

En cuanto a si asumía algún tipo de responsabilidad civil, penal o patrimonial por Bankia y si consideraba que debía estar en prisión, Rato se limitó a responder que se hacía "responsable" de las decisiones que se tomaron durante su mandato desde finales de enero de 2010, cuando se convirtió en presidente de Caja Madrid, hasta mayo de 2012, al dejar Bankia.

Rato, que durante toda su comparecencia optó por respuestas escuetas y que evitó replicar a las críticas de algunos grupos, comentó que no emitió ninguna preferente durante su mandato, que en el canje de preferentes por acciones de Bankia "todo pasó por el supervisor", en alusión a la CNMV, y que ningún titular de esos productos híbridos estaba "obligado" a acudir al canje.

Advirtió de que se limitaría a repetir algunas reflexiones de su comparecencia en el Congreso y que estaba condicionado por el proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional, por lo que no podía extenderse en cosas personales.

El momento más tenso de la comparecencia se produjo cuando el diputado David Fernández, de las CUP, una formación independentista de extrema izquierda, amagó con lanzarle una sandalia, y le dijo "gángster" y que le esperaba "en el infierno".

Rato, al que se le acusa de estafa, apropiación indebida, falsedad contable, delito societario y administración desleal por Bankia, afirmó que los riesgos de "balance" de la entidad figuraban en el folleto correspondiente a la salida a bolsa.