La primera nevada del año tomó hoy desprevenidos a los moscovitas, que hace apenas dos semanas disfrutaron de inusuales temperaturas otoñales que rondaban los 20 grados.

La capital rusa, donde las temperaturas descendieron bruscamente a principios de esta semana, amaneció con aguanieve y fuertes ráfagas de viento que dificultaron tanto la visibilidad de los transeúntes y de los coches.

Con algunos intervalos, la nieve cayó incesantemente sobre la ciudad durante la primera mitad del día, aunque apenas cuajó en aceras, patios y parques.

Esto decepcionó a los escolares, que se habían hecho muchas ilusiones con la primera batalla de bolas de nieve del otoño ruso ya que, en vez de un manto blanco, las precipitaciones dejaron a su paso charcos de agua.

Los moscovitas tuvieron que hacer acopio de capuchas, gorros e incluso paraguas para hacer frente al engorroso fenómeno meteorológico.

Según fuentes oficiales, cayeron entre 1 y 2,5 milímetros de nieve, lo que obligó al Ayuntamiento de Moscú a movilizar a varias miles de máquinas quitanieves

La nieve también será la nota predominante durante el fin de semana en Moscú, pero las temperaturas aumentarán la próxima semana, lo que no hace prever nuevas precipitaciones.

Aunque el otoño en Moscú y en el centro de la parte europea de Rusia es frío y húmedo, las bajas temperaturas no suelen hacer acto de aparición hasta finales de año, si bien es a finales de enero y la primera mitad de febrero cuando el invierno alcanza su cenit.