Los productores del sector agrícola y alimenticio de Europa central, geográficamente cercanos al mercado ruso, afrontan pérdidas de cientos de millones de euros por las restricciones a la importación impuestas por Rusia.

El país más afectado puede ser Hungría, cuyo gobierno conservador nacionalista es muy crítico acerca de un enfrentamiento diplomático y comercial con Rusia a causa de la crisis en Ucrania.

En Budapest estiman que los efectos negativos del embargo ruso podría costarle al país 0,2 puntos porcentuales de su crecimiento económico este año.

En lugar del 2,3 por ciento, la economía húngara puede crecer solo un 2,1 por ciento a consecuencia de la imposibilidad de exportar productos agrícolas y alimentos a Rusia, señala hoy el portal económico vg.hu.

El mercado ruso absorbe un 7 por ciento de las verduras y frutas exportadas por Hungría, lo que explica el fuerte impacto para este sector, cuyas ventas a Rusia tenían en 2013 un volumen de unos 220 millones de euros.

En la vecina Austria, las ventas agrícolas a Rusia alcanzaron el pasado año 238 millones de euros, de los cuales al menos la mitad están ahora en peligro, informa hoy el diario Der Standard, citando expertos del sector.

No obstante, Austria exporta a nivel mundial productos agrícolas y alimentos por un valor de 9.500 millones de euros, es decir, el mercado ruso le aporta apenas el 0,25 por ciento.

Ya a comienzos de año, Rusia había impuestos restricciones a la venta de carnes y productos lácteos austríacos.

Ante esta situación, la Cámara de Agricultura, uno de los pilares del gobernante partido democristiano ÖVP, ha exigido pagos de compensación, sean a nivel nacional o comunitario, para contrarrestar las pérdidas que sufrirá el sector.

En la República Checa las exportaciones agrícolas a Rusia ascendieron en 2013 a 92 millones de euros.

El principal temor de los productores checos es que al no poder vender esos productos en Rusia la producción excesiva presione los precios a la baja.

Por eso, representantes del sector ha exigido pagos de compensación de parte de la Unión Europea (UE).

En Eslovaquia temen incluso que la presión a la baja de los precios pueda poner en riego la supervivencia de algunas empresas del sector agrícola local.

"Los productos alimenticios que se exportaban a Rusia empezarán a acumularse", señaló hoy Jarmila Halgasova, de la Cámara Alimentaria, en declaraciones a la prensa local.

En 2013, Eslovaquia había exportado a Rusia productos del campo por valor de 31 millones de euros, en su mayor parte sementales vacunos, leche y quesos.