Un exabrupto de la secretaria de Estado adjunta de EEUU, Victoria Nuland, ha sido suficiente para caer en la cuenta de que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) discrepan seriamente sobre el futuro de Ucrania. El ya famoso "que se joda la UE" de Nuland ha puesto de manifiesto que la partida por el control de Ucrania no se reduce a dos jugadores: Rusia y Occidente.

Desde el estallido de las protestas antigubernamentales en noviembre pasado, EEUU y la UE habían coincidido en apoyar a la oposición al presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, al que consideran un aliado del Kremlin.

El mensaje que Nuland y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, trasladaron durante las últimas semanas a los líderes de la oposición y a los manifestantes en el Euromaidán durante sus visitas a Kiev era casi idéntico.

No obstante, Bruselas y, en particular la canciller alemana, Angela Merkel, apostaron desde un principio por el líder de UDAR (Golpe), Vitali Klitschkó, el opositor con más gancho electoral. Klitschkó, un boxeador excampeón mundial de los pesos pesados, ha residido en Alemania durante los últimos años y tiene permiso de residencia en ese país.

En principio, EEUU no parecía oponerse a que Klitschkó presidiera Ucrania, pero tras la filtración de la conversación de Nuland con el embajador americano en Kiev, queda claro que el hombre de Washington es Arseni Yatseniuk, líder del principal partido opositor, Batkivschina.

"No creo que Klitschkó debaentrar en el Gobierno. No creo que sea necesario. No creo que sea una buena idea", señaló Nuland, quien destacó que Yatseniuk tiene experiencia política y mayores conocimientos de economía.

La UE no ha llegado a realizar una mediación propiamente dicha en Ucrania, ya que Ashton únicamente ha ofrecido a Kiev ayuda para investigar de manera independiente el uso de la violencia y reformar la constitución presidencialista ucraniana.