Los dos bandos enfrentados en Ucrania, manifestantes y antidisturbios, se dieron ayer una primera tregua tras cuatro días de enfrentamientos violentos, lo que permitió a la oposición abrir negociaciones con el presidente, Víktor Yanukóvich.

El dirigente opositor Vitali Klitschkó se acercó ayer a la línea de frente del estadio del Dinamo de Kiev para exhortar a los grupos más belicosos que dejaran de desafiar a la policía hasta las 20:00 hora slocal, y más tarde solicitó a los manifestantes prolongar hasta el sábado la tregua declarada en sus enfrentamientos con los efectivos antidisturbios para dar una oportunidad a las negociaciones con el presidenteYanukóvich.

"Os pido que respetéis la paz. Controlaros. Ni un solo ataque. Evitemos un nuevo derramamiento de sangre", dijo el popular boxeador y líder del partido UDAR (Golpe), uno de los dirigentes de la oposición que protesta contra el alejamiento del país de la UE y denuncia el creciente autoritarismo.

Klitschkó aseguró a los manifestantes más desconfiados que los Berkut, el temido destacamento especial antidisturbios, se había comprometido a cesar las hostilidades, en particular en lo que se refiere al lanzamiento de granadas aturdidoras.

El boxeador aseguró que planteará a Yanukóvich varias demandas, entre las que figura la revocación de las controvertidas leyes en vigor desde esta semana que coartan la libertad de expresión y de reunión y que, según la oposición, convierten a Ucrania en un estado policial a imagen y semejanza de Bielorrusia.

Además, exigirán la dimisión del Gobierno en pleno y la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas, aunque los opositores reconocen que es difícil que ésta última petición sea satisfecha por Yanukóvich, que se plantea buscar la reelección en 2015.