Al menos 31 personas murieron, la mayoría de ellos por disparos, en los choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en torno a la prisión de Port Said (noreste del país).

El director del departamento de hospitales en la delegación del Ministerio de Sanidad en Port Said, Abderrahman Farah, explicó que el número de heridos supera los 300, y fueron remitidos a todos los hospitales de la ciudad.

"Todavía estamos recibiendo heridos, pero de una manera menos intensa que durante la mañana", dijo Farah, quien agregó que la mayoría perdieron la vida por disparos.

Entre los fallecidos figura el futbolista Mohamed al Dadui, que jugaba en el club local Al Marrij, de la segunda división egipcia, y el antiguo portero del equipo Al Masry Tamer al Fahla. Muchos heridos ingresaron ya cadáveres en los centros médicos y las víctimas presentaban "además de disparos de balas y perdigones, fracturas y cortes en los cuerpos".

Los enfrentamientos se desataron nada más conocerse la decisión de un tribunal de recomendar la pena de muerte para 21 implicados en la masacre del estadio de Port Said entre aficionados de clubes rivales hace ahora casi un año.

Tras el fallo, familiares de los condenados y seguidores radicales del equipo local, Al Masry, trataron de irrumpir en la prisión, y se enfrentaron con armas de fuego y cócteles molotov a las fuerzas de la Seguridad Central.

El ejército ha desplegado tropas y blindados en esa ciudad para tratar de devolver la tranquilidad.