Al menos 54 personas murieron y 88 resultaron heridas el viernes tras los altercados entre los presos del Centro Penitenciario de Centroccidente, situado en el estado venezolano de Lara, y los militares.

Hay un militar, dos jefes carcelarios y dos padres evangélicos entre los fallecidos en la cárcel situada en la capital estatal Barquisimeto, en el noroeste de Venezuela.

Las autoridades no descartan que se hallen más víctimas una vez se calme la situación. Decenas de familias se agolparon a las afueras de la cárcel para conocer el estado de sus allegados. Hasta 25 camiones policiales se concentraron en los aledaños de la cárcel de Uribana para garantizar la seguridad.

Los heridos fueron trasladados al principal hospital de la ciudad en medio de un ingente despliegue policial, así como al hospital militar. Más de 20 ambulancias y un autobús salieron del centro penitenciario en el transcurso de las refriegas.

El registro comenzó alrededor de las 7:30 hora local y, desde entonces, se sucedieron los disparos y la explosión de granadas, según relataron testigos.

En un principio, la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, habría supervisado esta requisa, aunque más tarde lo ha desmentido en una comparecencia de prensa en la que explicó el motivo de la incursión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Varela justificó el registro en los numerosos capítulos como "violencia por ajuste de cuentas" entre bandas acontecidos en los últimos días en la cárcel. Como consecuencia, las autoridades ordenaron el "desarme total" de los reclusos.

La intervención degeneró en un "motín" en el que las bandas enfrentadas en la prisión de Uribana "arremetieron contra los efectivos de la GNB con un lamentable saldo de afectados", declaraba la ministra a la televisión.